Málaga: que ver y qué hacer este verano

Desde que a mediados de los 50 los primeros visitantes de la aristocracia internacional se fijaran en la costa malagueña para establecer su segunda residencia hasta hoy, en la que, de manera estacional e incluso permanente, la Costa del Sol es una de las referencias principales de Andalucía y de la península en lo que a turismo se refiere , mucho ha llovido.

La bonanza del clima , soleado la mayor parte del tiempo y con altas temperaturas durante el día, pero suaves al caer la noche, así como la escasez de lluvias y una geografía variada, con playa y montaña , y el desarrollo cultural, tecnológico y de ocio experimentado en los últimos años son algunos de sus atractivos.

Hoy por hoy es difícil encontrar un plan que no se adapte a los gustos de unos y otros. El abanico de posibilidades que se abre al visitante de esta zona es tan amplio que abarca desde rincones para amantes de la naturaleza en su más puro estado como el Pasaje Natural Acantilados Maro , en el municipio de Nerja, a uno de los rincones más cosmopolitas y de mayor ocio como La Carihuela, en Torremolinos. Familias, aficionados al golf, a la navegación, a los deportes de aventura , visitantes que buscan relax, aprender un idioma, aumentar su cultura, divertirse en parques temáticos o pasar unos días de compras. Málaga ofrece esto y mucho más.

De Benalmádena a Casares, pasando por Estepona, Fuengirola, Málaga, Marbella, Vélez Málaga, Nerja, Algarrobo, Manilva, Mijas, Torremolinos, Rincón de la Victoria o Torrox se abren 161 kilómetros de costa que dan lugar a cerca de 130 playas que rezuman calidad. Prueba de ello son las 20 banderas azules (el mayor galardón que otorga la Fundación Europea de Educación Ambiental a playas que cumplen una serie de condiciones ambientales e instalaciones) que han recibido playas como Benaljarafe o Los Boliches-Las Gaviotas y puertos como Marina La Bajadilla, de Marbella, o el Puerto Deportivo de La Duquesa, en Manilva.

Entre las opciones costeras, el visitante podrá elegir, además de entre las conocidas playas de Torremolinos, Marbella, Benalmádena o Fuengirola, entre rincones típicos pero menos transitados, aunque no por ello exentos de encanto, como la playa de Calaceite, en Torrox , tranquila y libre de construcciones de apartamentos, que se halla resguardada por un macizo de onduladas montañas; la playa de Algarrobo , en el municipio homónimo. En ella se puede ver cómo el río Algarrobo marca la separación entre la playa de Mezquitilla y la zona de baño. La marbellí Playa de Artola–Cabopino es otro de los puntos más atractivos de la provincia. Enclavada en las dunas, esta playa ha sido declarada zona protegida por su interés natural. Se trata de una espaciosa playa que, en determinados tramos, es nudista.

Además de ello, en el litoral malagueño se encuentran algunos de los mejores campos de golf de toda la región . El Cabopino Golf, en Marbella, el Baviera Golf, en Vélez-Málaga, o el Estepona Golf, son algunos de los lugares en los que los veraneantes podrán practicar su deporte favorito.

Tanto los más atrevidos como aquellos que disfruten con actividades más sedentarias (al margen de relajarse en la arena bajo el cálido sol) encontrarán un plan perfecto en la provincia malagueña. Los primeros tendrán la oportunidad de realizar actividades como el parapente en Torre del Mar (Vélez–Málaga), con la que podrá sobrevolar el cielo de esta concurrida playa. Los que quieran recorrer parajes naturales de gran valor podrán adentrarse, entre otras, en la Cueva de Nerja, declarada Bien de Interés Cultural o la Cueva del Tesoro, en el Rincón de la Victoria , donde se han descubierto pinturas rupestres de animales y restos de cerámica del Neolítico.

Nerja ofrece, además de su cueva, un mirador único, el Balcón de Europa , perfecto para los que prefieran una escapada más tranquila. Construido donde anteriormente se asentaba la fortaleza destruida en 1812 durante la Guerra de la Independencia, desde él puede verse una panorámica de toda la costa de Nerja.

Pasear por el caso histórico de Marbella es otra de las opciones de relax más demandadas, y es que las callejuelas de este municipio, a pesar de ser referencia de la modernidad, han sabido mantener el encanto de las influencias árabes.

El Castillo Sohail , en Fuengirola, o el Castillo de Gibralfaro y la Catedral de Málaga son otras de las paradas casi obligadas que el visitante tiene que hacer en su estancia estival en la Costa del Sol.

Sin olvidar, por supuesto, la vertiente cultural. En los últimos años, Málaga se ha convertido en un referente del ámbito cultural en España. En la capital malagueña, además de centros como el Museo Picasso , se encuentra el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo , que brinda a sus visitantes la oportunidad de conocer de cerca las obras de algunos maestros del arte más actual.

Pero si hay alguien que disfruta de las estancias veraniegas, esos son los más pequeños de la casa. Baño, sol, arena, juegos, fiestas y una variedad de actividades difíciles de abarcar. Parques temáticos, atracciones, zoológicos y acuarios abren sus puertas para que la diversión nunca les falte a los más pequeños.

Los parques acuáticos como el Aqualand de Torremolinos , o el de Mijas son dos de las opciones, pero no las únicas. Conocer de cerca a animales peligrosos como los cocodrilos o delicados como las mariposas es posible en lugares como el Cocodrilos Park de Torremolinos o el Mariposario de Benalmádena . En Fuengirola, un nuevo concepto de zoo cobra vida en Bioparc, y en Sea Life y Selwo Marina, ambos en Benalmádena, los más pequeños podrán adentrarse en el mundo marino y conocer a sus animales. Selwo Aventura o Tivoli World completan esta oferta infantil que gustará a grandes y pequeños.

Pasear, comer pescaíto frito, escuchar música en directo, relajarse , realizar visitas culturales, vivir una auténtica aventura... en la Costa del Sol, cualquier plan es posible.