ENTREVISTA
Luis Ventoso, hoy en el Aula de Cultura de ABC
El corresponsal de ABC viaja a Sevilla para hablar del Brexit a las 20 horas en la Fundación Cajasol
JESÚS ÁLVAREZ
Luis Ventoso (La Coruña, 1964) ha sido director de Diario 16 y director adjunto de La Voz de Galicia y ABC. El columnista y corresponsal en Londres participará hoy a las 20 horas en la Fundación Cajasol en un coloquio sobre el Brexit ... en el Aula de Cultura de ABC , que patrocinan la Real Maestranza y la Fundación Cajasol.
Su conferencia se titula «Brexit, sueño de una noche de verano». ¿Por qué?
Porque fue un sueño nacionalista de verano (se votó en junio), del que poco a poco el país está despertando. No hubo el descalabro inmediato de la economía que auguraban Cameron y el FMI pero se acaban de conocer datos ya inquietantes. En el primer trimestre de este año la economía se ha contraído, creció solo un 0,3%, frente al 0,7% de finales del año pasado. El consumo ha pinchado inesperadamente, fruto de la inflación y las dudas . La divisa está hasta un 17% por debajo de antes del referéndum. Por último han comenzado las deslocalizaciones y se habla de parón en el inmobiliario de Londres, que en mi opinión es una enorme burbuja condenada a pinchar. El país despierta del sueño brexiter, que no será gratis.
¿El sueño de una noche de verano puede convertirse en una pesadilla que dure varios años?
Depende del tipo de acuerdo que alcancen con la UE. Si logran un buen acceso al mercado único y la City conserva el pasaporte europeo podrán navegar bien. Si no, creo que convertirán Gran Bretaña en una suerte de Gibraltar gigante, un paraíso fiscal de facto con fiscalidad ultra baja para atraer capital.
¿El euroescepticismo ha crecido allí desde el referéndum o ha sido al revés?
Ha caído el euroescepticismo. Por primera vez tras el referéndum, una encuesta seria, publicada por The Times, recoge un arrepentimiento del Brexit, con un 45% de los británicos diciendo que fue una decisión equivocada, frente a un 43% que la ven correcta.
¿Theresa May aspira a ser la Thatcher del siglo XXI? ¿Lo conseguirá?
No. Ahora mismo puede que goce de más popularidad de la que tuvo Thatcher en su mejor hora, sobre todo porque carece de oposición. Pero hay algo que no posee: ideas. Thatcher era una transformadora , casi una revolucionaria liberal. May es una gestora seria, pero sin su nervio creativo.
A tories y laboristas no les oc urrirálo que a republicanos y socialistas en Francia, pero ¿ve posible que aparezca una tercera vía tipo Macron en Gran Bretaña tras el descalabro de Clegg?
No ahora, a no ser que Blair vuelva a la primera línea política, aunque le será muy difícil, porque su hora ya pasó. Sí habrá una subida del Partido Liberal Demócrata de Farron y Clegg, porque enarbolan en solitario la bandera europea, debido a la dejación de funciones de Corbyn, que en el fondo, o no tan en el fondo, es tan euroescéptico como May.
Cuando se materialice la salida de la UE y tras ver sus efectos, ¿podrían los británicos dar marcha atrás o rectificar sería lo último que harían?
Uff, es tan difícil jugar a la bola de cristal… Como dijo Napoleón: «Los ingleses son una nación de tenderos». Todo dependerá de si hay o no daños económicos muy serios.
¿La inmigración se ve allí como una amenaza real para la supervivencia de los servicios públicos, sanidad, educación, transportes…?
Lo que se ve como una amenaza para esos servicios es más bien la falta de inmigración. Los comunitarios son básicos para que funcionen sectores como la sanidad pública, la asistencia social, la agricultura y la hostelería. Es cierto también que hay un rechazo a los inmigrantes, sobre todo asociado a rumanos y búlgaros y de tinte más bien xenófobo. A los ingleses, al fin y al cabo habitantes de una isla, nunca les han gustado los extranjeros. Ya lo explicó el honesto y maravilloso Orwell en los años cuarenta.
¿El terrorismo yihadista se asocia en Londres a esta inmigración?
Es que es una evidencia. Todos los autores de atentados islamistas son hijos de inmigrantes y hasta Yihadi John, el verdugo más cruel del Daesh, fue un londinense hijo de kuwaitíes
¿Cómo afectará el Brexit a los españoles que viven en Gran Bretaña?
Al final se reconocerán sus derechos y continuarán en el Reino Unido con normalidad. Lo que ocurre es que May está demorando ese paso, porque con una cierta vileza quiere utilizar los derechos de residencia de los comunitarios como arma en la negociación.
¿Los ingleses ven con buenos ojos a los españoles que viven allí?
Los españoles son bien vistos y apreciados por los ingleses. Entre otras cosas, por una muy elemental: es el país que mejor conocen, porque es al que más viajan de vacaciones. El vino más vendido en el Reino Unido no es francés ni italiano, es el rioja Campo Viejo , y nuestros bares de tapas triunfan en Londres. El otro día, para gran dicha, hasta me encontré la cerveza Estrella Galicia en el mejor supermercado de la capital.
¿Se les trata a los españoles como a los franceses o a los alemanes?
Si un español licenciado va a trabajar a la City se le tratará igual que a un alemán y un francés. Pero es cierto que hay más españoles haciendo trabajos similares a los de rumanos y polacos que franceses o alemanes.
¿Como cuáles?
Me sorprende que acepten trabajos que en España no querrían. Antes de fregar escaleras o trabajar en una pizzería, muchos jóvenes españoles, de estar en su país, preferirían anotarse al paro, o seguir en el mullido sofá de la casa paterna. Pero aquí sí curran, sin complejos, como debe ser.
Los británicos siempre se han sentido diferentes al resto del mundo. No adoptaron el sistema métrico decimal, siguen circulando por la izquierda y mantuvieron la libra frente al euro. ¿Hablando con ellos y observándoles ha podido confirmar éstos y otros detalles de esa especialidad «british»?
-Cultivan la peculiaridad casi como una religión, y lo son, fruto de su insularidad. La pertenencia a la UE, la nueva facilidad para los vuelos y la llegada de gente de fuera los ha hecho más europeos y cosmopolitas (el 30% de los que vivimos en Londres somos nacidos fuera). Pero claro que son peculiares: la cerveza tibia, el humor de doble sentido, tan parecido al gallego, la costumbre tribal de vociferar en los pubs, la hipocresía y el gusto por el cotilleo, la pátina de buena educación que envuelve siempre el primer contacto, la contención emocional (aunque ha aflojado, por ejemplo el desparrame emocional con la muerte de Lady Di habría sido impensable en el XIX, cuando imperaba como una religión el llamado “labio superior rígido”). Son también un pueblo enormemente descreído y ateo (el 40% no profesa ninguna religión). Son especiales. Siempre me hace gracia como fingen que no llueve cuando llueve y se resisten a abrir el paraguas. Aunque lo cierto es que en Londres llueve mucho menos que en La Coruña o San Sebastián.
¿Qué es lo que más le llamó la atención de ellos cuando llegó a Londres?
-Yo soy un enamorado de lo inglés desde siempre, porque son cuna de muchas cosas que me gustan: la democracia, el liberalismo, el imperio de la ley, los Beatles, los Who y los Stones, las novelas de Dickens, Le Carre y Banville, los parques, la derrota de los nazis. Les debemos hasta la penicilina y el ADN… Aunque conocía ya el país, al vivir en él me llamó la atención el respeto por todo lo suyo y cómo lo venden, incluso con hipérboles constantes, algo de lo que deberíamos aprender en una España absurdamente derrotista, cuando es un país maravilloso. Para mal me llamó la atención el Brexit, un pataleo xenófobo y nacionalista que no me esperaba, aunque conviene recordar que el Remain ganó en casi todas las grandes ciudades (Londres, Manchester y Liverpool), en las mecas universitarias, entre los jóvenes y entre las clases sociales más estudiadas.
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