«Invocando el espíritu» de Fernando Villalón en la Sevilla del siglo XXI

Pero en esta ocasión, el espíritu del «gran poeta del campo» no se manifestó ni fue tan surrealista la puesta de largo como la del siglo pasado porque lo que se presentaba ayer en la Sala Apeadero del Ayuntamiento fue una reedición de la obra «Recuerdos de Fernando Villalón, poeta de Andalucía la Baja y ganadero de toros bravos. Apuntes para la historia de una familia» , Se trata de una edición que ha corrido a cargo de la editorial Renacimiento y que busca sacar a la luz aquellos «deliciosos escritos» no solo de Fernando, sino también de su primo Manuel Halcón.

Como recordaba ayer el humanista sevillano Jacobo Cortines durante la presentación de esta obra, «lo que hacemos no solo es recuperar al Villalón perdido sino que además recuperamos a su primo Manuel Halcón , veinte años menor que el primero. La figura de Villalón impresionó tanto que muchos escribieron semblanzas sobre él y son en esas semblanzas donde descubrimos o recuperamos a ese Villalón un tanto brujo. Hacía falta el libro que empezó a escribir Rafael Alberti».

Fernando Villalón nació en Sevilla en 1881 y murió en marzo de 1930 «con ropa de campo, botas de montar y espuelas», según expreso deseo del poeta. Y este dato luctuoso no fue nada anecdótico porque quienes lo conocieron sabían que su fuerte personalidad y su admiración hacia el mundo rural marcarían su vida literaria. « Acudía a cafés, conferencias en las universidades y encuentros entre literatos con sus botas de campo llenas de barro », destacó Cortines. A partir de «Andalucía la Baja» (que fue su primer gran libro), empieza su etapa más pródiga con la poesía.

Fernando Villalón fue coetáneo de autores de la Generación del 27. Conoce a Rafael Alberti, Lorca, Jorge Guillén o Gerardo Diego , entre otros. Y pronto empieza a ser un autor de referencia en el mundo de la poética. Sevillano de nacimiento, Villalón «nunca tuvo un reconocimiento por parte de la aristocracia sevillana. En Sevilla se le hacía poco caso», recuerda Alberto González Troyano.

Troyano también quiso rememorar la figura conjunta de los dos primos y lo que supusieron para la historia de la literatura en nuestro país. «Nuestra labor es que estos personajes como Villalón y Halcón, que se nos están perdiendo, lo tenemos que recuperar para nuestra literatura . Este es un libro que aporta datos nuevos que no se conocían antes. Hoy nos reunimos para hablar de unos apuntes sobre Villalón. Sus novelas se han ido perdiendo y con esta obra le hacemos un favor al propio Villalón al volverlo a descubrir», destacó sobre el autor de «Baja Andalucía».

Al mismo tiempo recordó, como antes lo hizo el propio Jacobo Cortines, el nexo entre Villalón y su primo: «Manuel Halcón lo rescatamos de nuestras referencias literarias al igual que a Villalón. Halcón es el escritor de las familias aristocráticas del momento. Él está muy descontento con esa cultura andaluza que le tocó vivir, piensa que ese mundo ya no resistirá y lo ve con una mirada nostálgica. Siempre se acuerda de la gente del pasado en el que sí merecía la pena vivir».

Sobre el contenido que presenta el libro, Cortines señala que « recuperamos archivos y documentos que existían en la biblioteca de Halcón en Jaén y Córdoba. Él lo tenía todo muy bien ordenado y fue fácil hacer una selección».

Para González Troyano, Manuel Halcón «era un escritor del régimen , pero él no era falangista, sino un demócrata hasta tal punto que el propio régimen no lo considera como un autor afín a ellos. Hubo hacia él una cierta aprehensión. No fue falangista, sí lo fue durante la Guerra Civil hasta tal extremo que Franco mandó que no lo fusilaran ».

«En su época todos le condenaron por ver la vida a su manera cosa que no pasaba en países como Francia o Inglaterra. Estaba un tanto dolido porque en su Sevilla se le hacía poco caso », remarcó Troyano. Su obra se reeditó gracias a ABC , que publicó en dos tomos casi todas su obras. En su poesía, tal y como destacaba ayer Jacobo Cortines, «no sobraba nada como ocurre con los poemas de Luis Cernuda».