El diagnóstico es claro: nuestro mundo está gravemente enfermo. Las agresiones a médicas y enfermeros han dejado de ser algo excepcional para convertirse en habituales. Sevilla tiene otro registro del que avergonzarse. Agredir a quien te cuida es una imbecilidad y un delito. Además, agrava ... la crisis que sufren los sistemas sanitarios, cuyos recursos no pueden adecuarse a retos como la mayor esperanza de vida o ese delirio de la sociedad del bienestar que no admite que puede enfermar.
En realidad hay una derivada que agrava esta patología comunitaria y es clave: La negativa a prescribir ansiolíticos está detrás de una buena parte de estas agresiones. El binomio droga violencia también pide cita entre las urgencias de esta sociedad saturada y en decadencia.
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