Los procedimientos contra la trata de seres humanos se multiplican en los juzgados de Sevilla

La Fiscalía explica que este aumento de casos obedece principalmente a que se investiga más y mejor y que en el ámbito de la judicatura hay una mayor conciencia de este problema, que es la versión moderna de lo que antaño se entendía como esclavitud. Esa sensibilización está favoreciendo un trato más cuidadoso a las víctimas a lo largo del proceso judicial. Esto resulta clave porque en la mayoría de las ocasiones, el testimonio de estas personas es la principal y única prueba de cargo contra las mafias que se lucran con la trata.

La radiografía que hacen estas fiscales de este tipo de delincuencia en la provincia de Sevilla es que la prostitución se ha acabado desplazando a viviendas particulares en detrimento de la que se ejerce en la calle o en polígonos industriales. Era una tendencia que se venía detectando en los últimos años y que se ha acabado consolidando con la pandemia, cuando los burdeles clandestinos que se instalan en viviendas particulares siguieron operando a pesar de las restricciones de movilidad.

Además de la trata con fines de explotación sexual, existe el tráfico de seres humanos como mano de obra en condiciones infrahumanas. La Fiscalía advierte de que en la provincia de Sevilla se está detectando un aumento considerable de esta variante delictiva en los últimos años. En la capital, sobre todo, lo casos destapados atañen al servicio doméstico y las afectadas eran mujeres sudamericanas, especialmente nicaragüenses. Fuera del área metropolitana, en la comarca de la Vega del Guadalquivir, las mafias trafican con temporeros para tareas agrícolas. Aquí las víctimas suelen ser de procedencia moldava, rumana o búlgara.

Uno de los asuntos más dramáticos destapado en 2020 en la provincia y que recoge la citada memoria de actividad, concierne a un clan rumano que se dedicaba a captar a compatriotas en España con la promesa de un buen trabajo. Cuando la Policía intervino, logró rescatar a 10 víctimas, a las que tenían malviviendo en una única habitación, sin luz ni agua y sólo disponían de cinco colchones tirados en el suelo. Entre las víctimas había una menor de edad embarazada y varias personas con discapacidad mental. A una de ellas la prostituía la organización.

En la trata con fines laborales, la Fiscalía y los cuerpos policiales habían detectado un parón a raíz de la pandemia. El cierre de fronteras que aplicaron los países para poner freno al virus, limitó la movilidad internacional. Pero levantadas las restricciones, las organizaciones criminales han regresado a la actividad.

Estos datos extraídos de la memoria de la sección de Extranjería y Trata de Seres Humanos de la Fiscalía de Sevilla se conocen este viernes 23 de septiembre, que es el día internacional contra la explotación sexual y la trata de seres humanos. El Ayuntamiento de Sevilla ha organizado en El Hogar Virgen de los Reyes una serie de jornadas bajo el título 'Nuevos formatos, misma violencia'.

Desde el Ayuntamiento han puesto el foco este año en las nuevas formas de explotación mediante el uso de las tecnologías: «Con el avance de internet esta forma de violencia de género está transformándose y, disfrazada de entretenimiento, lo único que cambia es el canal de consumo. Las importantes innovaciones tecnológicas y el gran vacío legal en que se enmarca el ciberespacio han creado las condiciones ideales para el surgimiento de nuevas formas de prostitución, nuevos canales para la captación de clientes y la observación de la oferta«. Una de las mesas redondas programas lleva como título «OnlyFans. La Red Social Proxeneta».

Según datos de Naciones Unidas, el 95 por ciento de las mujeres que son reclutadas por las mafias de la trata terminan siendo obligadas a ejercer la prostitución en Europa Occidental. El Gobierno de España ha cifrado en 45.000 las mujeres que actualmente son explotadas; si bien es un dato relativo porque existe un volumen imposible de cuantificar de víctimas explotadas en las más absoluta clandestinidad.