Los restos mortales de la duquesa de Alba llegan al Ayuntamiento de Sevilla

El silencio respetuoso se rompió a la salida del féretro, mientras los trabajadores de la Casa de Alba la despedían lanzándole besos y tocando el coche. La familia, por su parte, acompaña tras el coche, muy emocionados. Gritos de «grande, grande» desde el público. En un coche, tras el féretro, va rota de dolor su hija Eugenia y, en el mismo coche, su viudo Alfonso Díez . Hasta siete coches, escoltados por la Policía, han formado parte de la comitiva fúnebre, que ha ido deprisa hacia la capilla ardiente instalada en el Ayuntamiento de Sevilla.

La gran cantidad de público que se ha dado cita en las puertas de la Casa de las Dueñas obligó a la Policía Local y a la Nacional a crear un perímetro de seguridad en torno a la entrada y un helicóptero sobrevuela la zona, que está repleta de periodistas de toda España y el extranjero. El fallecimiento de la duquesa de Alba ha creado una enorme expectación en los vecinos de esta zona del Casco Antiguo de Sevilla.

Las primeras reacciones no se han hecho esperar, y el exalcalde de Sevilla, Fernando de Parias Merry ha declarado, a las puertas de la Casa de las Dueñas, que «el Ayuntamiento ha hecho bien en ofrecer el Salón Colón para instalar allí la capilla ardiente, porque es una enorme pérdida para toda Sevilla, que se va a echar a la calle».

El hermano mayor de los Gitanos, José Moreno Vega , ha manifestado su profundo pesar y ha indicado que «la hermandad está de luto».

Los medios televisivos han llegado a pagar hasta 250 euros por los balcones de la calle, para tomar la mejor perspectiva de lo que allí acontecía.

A la capilla ardiente han llegado coronas de flores de personalidades e instituciones como el Real Betis Balompié , el presidente del Gobierno , Mariano Rajoy, y su esposa o de Los Morancos.