Cómo evitar las congelaciones en invierno

Los amantes de la montaña, en caso de pérdida, niños y ancianos, son personas muy propensas a sufrir este tipo de lesiones que suelen manifestarse por un ligero hormigueo o pérdida de sensibilidad en la zona afectada, piel pálida y muy fría, entumecimiento de la zona, rigidez, gritas y ampollas.

¿Cómo debe actuar por ejemplo un excursionista que, perdido en la montaña, ve cómo su compañero presenta estos síntomas de congelación? Samur indica que lo primero es trasladar a la víctima a un ambiente seco y caliente. «Si tiene ropas mojadas o muy frías, retírelas y cámbielas por secas y calientes», indica en la guía. Igualmente, con los anillos, relojes, pulseras «y cualquier otro elemento que pueda comprimir un miembro si éste se inflama».

Hay que vigilar la temperatura de la víctima, mantener elevada la zona afectada y moverla «con cuidado» pues los movimientos bruscos pueden desencadenar problemas cardíacos.

Es vital llamar al 112 e informar de la situación. Hasta que llegue el personal de emergencia, hay que «intentar calentar la zona afectada, sumergiéndola en agua tibia (40º C) de forma gradual». La ingesta de líquidos calientes con azúcar están permitidos siempre y cuando la víctima está consciente y orientada.

«Si la respiración es muy débil y el pulso no palpable, esté preparado por si fuese necesario iniciar una reanimación cardiopulmonar», indica Samur.

La entidad aconseja que, para evitar este tipo de situaciones, hay que ir bien protegido y abrigado en paseos por el monte. Esto implica, además, llevar bebidas calóricas y alimentos energéticos.

«Lleve ropa y calzado adecuado con posibilidad de recambio seco en caso de necesidad». Y, por supuesto, no deje que los ancianos y niños salgan en días muy fríos a la calle poco abrigados.

Por otro lado, el equipo de Bomberos de Alcorcón (Madrid) recuerda que las bajas temperaturas provocan muchos accidentes: evita caminar por las placas de hielo.