ITV ocular: Vejez sin sobresaltos

La DMAE (enfermedad degenerativa de la zona central de la retina que produce una pérdida de visión central), el glaucoma (patología que daña progresivamente el nervio óptico) y las enfermedades vasculares de la retina pueden tener consecuencias graves para nuestros ojos si no se detectan a tiempo, por lo que una actuación precoz es clave. Estas dolencias impiden también a los afectados mantener una vida activa más allá de los sesenta.

El doctor Rafael Navarro, especialista en retina del IMO, hace especial hincapié en la necesidad de extremar precauciones respecto a la DMAE y el glaucoma, primera y segunda causa, respectivamente, de pérdida de visión severa en el mundo occidental.

Visión conjunta

En el caso de la degeneración macular el experto aclara que hay de dos tipos: seca y húmeda. La primera, la más habitual, en la que se va atrofiando la mácula, y la húmeda, que se da en cerca de un 15% de los pacientes y en la que se produce un crecimiento anómalo de vasos debajo de la mácula que afecta bruscamente a la visión. «En ninguna hay síntomas, aunque la primera avanza más lentamente y si se detecta precozmente puede combatirse con un tratamiento vitamínico y vida sana, mientras que en la segunda muchas veces se llega tarde porque la pérdida de visión es rápida», explica a ABC el doctor Navarro.

La dolencia suele empezar en un ojo, aunque acaba afectando a los dos. Al no perder la visión conjunta, el paciente no suele percatarse de que ve menos con un ojo, a no ser que, de forma fortuita, se tape el que tiene sano y empiece a ver las líneas distorsionadas con el afectado.

Patología silente El glaucoma es otra de las enfermedades que los oftalmólogos subrayan en rojo. La batalla contra esta dolencia se gana con una buena prevención , ya que la patología avanza silente y sus efectos pueden ser devastadores para la visión. «Va restando visión periférica hasta que llega un momento que queda afectada la visión central», dice el especialista del IMO.

A determinadas edades también pueden comportar importantes pérdidas de visión las denominadas enfermedades vasculares del ojo, la más frecuente de ellas la retinopatía diabética. Con el mantenimiento de elevados niveles de glucemia las paredes de los vasos retinianos se alteran y se vuelven más permeables, dejando pasar fluido al espacio extracelular. En algunos casos la salida es la fotocoagulación con láser; en otros, las inyecciones intravítreas, aunque para determinados pacientes la solución es la cirugía. Las cataratas, pérdida de transparencia del cristalino que causa visión borrosa, es una enfermedad que también se asocia a la edad y que se corrige eficazmente con cirugía.

Principales amenazas

Degeneración macular La Degeneración Macular Asociada con la Edad (DMAE) es la principal causa de ceguera en los países occidentales. Afecta a la mácula, ubicada en el centro de la retina. A medida que avanza, reduce la visión central, lo que dificulta la realización de tareas de detalle como coser. Existen dos formas de la enfermedad: la seca, la más habitual y menos grave, y la húmeda, que se da en cerca de un 15% de los pacientes y se intenta controlar con fármacos intravítreos antiangiogénicos.

Glaucoma El glaucoma afecta al 1,5% de la población, pero alcanza cifras superiores al 3% en mayores de 60 años. Es una dolencia asintomática, salvo en ataques agudos, que causan visión borrosa y dolor intenso. Se trata con láser o cirugía. No obstante, no se recupera la visión perdida.