Un español viaja a Copenhague y se siente como en casa con este detalle

La imagen de esta emblemática figura, que aún puede verse en algunas carreteras españolas, desató la curiosidad del usuario en las redes sociales. «Buenas Copenhague, ¿me puedes explicar qué hace un toro de Osborne en Tagensvej 109A, 2200?», escribió junto a la fotografía que capturó el misterioso encuentro.

Para encontrar respuesta a este enigma, es necesario remontarse al 22 de junio de 2012, en el 55º aniversario de la colocación de la primera valla en una carretera española, momento en el que este toro encontró un nuevo hogar en el Superkilen Park de la ciudad danesa. Este espacio, que cuenta con una superficie de más de 30.000 metros cuadrados, fue diseñado con un enfoque en la diversidad cultural y se ha convertido en un punto de encuentro para la convivencia de diferentes nacionalidades y culturas.

La historia detrás de la llegada del Toro de Osborne a Copenhague es verdaderamente interesante. Según reveló en ese entonces Europa Press, fueron unas vecinas del barrio danés las que expresaron su deseo de contar con esta emblemática figura en su entorno. Más allá de la solicitud, realizaron un viaje hasta las bodegas de Osborne en El Puerto de Santa María para formalizar su petición. Iván Llanza, director de Comunicación de Osborne, destacó en su momento la importancia de que el Toro de Osborne se uniera a un proyecto como Superkilen, cuyo propósito principal es fomentar la integración y el entendimiento entre culturas. En ese sentido, Llanza expresó: «Formar parte de un proyecto como Superkilen, que tiene por objetivo el fomentar la integración entre culturas, nos honra y complace enormemente, ya que nos ayuda a proyectar la imagen del Toro de Osborne como icono del diseño en favor del entendimiento entre personas de nacionalidades diferentes por encima de otras ideologías». Asimismo, añadió que la figura del Toro de Osborne se ha convertido en España en «un punto de encuentro, un elemento del paisaje de nuestras carreteras, que cuenta con el reconocimiento y el cariño de la población independientemente de sus creencias y de sus orígenes».

Esta inusual presencia del Toro de Osborne en Copenhague se ha convertido en un símbolo de la diversidad y la convivencia cultural en una ciudad que valora la riqueza de las diferencias entre sus habitantes y visitantes, demostrando que una icónica figura puede encontrar un nuevo significado y propósito en tierras extranjeras, promoviendo la unión y la comprensión entre comunidades de diferentes nacionalidades.