Cristiano ruega el perdón del equipo

Tampoco Sergio Ramos tuvo suerte. Le sancionaron con unas manos que años ha no eran penalti. Ahora sí lo son. Todos los contactos del balón con los brazos son pena máxima. Bale también marcó el 1º-2 por eso. Al luso no le valía esto. Había fallado en el campo. Les había dejado solos. Por eso acudió a sus compañeros en el tren de regreso a Madrid y les rogó el perdón en una conversación abierta. Sus colegas le animaron y destacaron esa humildad del portugués, acusado generalmente de ser un soberbio irredento.

Cristiano jugó mal y eso es lo que más le molestaba. No aportó su calidad al juego del conjunto. Cosa extraña. Es cierto que Ronaldo se encuentra en esa transición hasta volver a recuperar la máxima forma. En este purgatorio físico, el Balón y Bota de Oro marcó dos goles en Getafe. Pero es una realidad que ahora mismo no está siendo determinante.

El luso también se disculpó ante Edimar, el futbolista al que dio la patada en El Nuevo Árcangel. Afirma que fue un acto irreflexivo. Pero el Pichichi sabe que no puede perder los nervios. Ahora debe esperar la sanción del Comité de Competición. Reza porque solo le castiguen con dos encuentros y pueda reaparecer ante el Atlético en el Calderón. El jugador preguntaba ayer a los directivos para conocer el posible castigo y ansía que dos partidos sean su pena.