champions league
Manita del Madrid ante un endeble Basilea
Fácil triunfo de los blancos (5-1) ante un conjunto suizo que dio muchas felicidades. Casillas cambió los pitos por aplausos
Manita del Madrid ante un endeble Basilea
Cuando los acordes de Handel, arreglados por el compositor británico Tony Britten e interpretados por el coro de la «Academy of Saint Martin in the Fields» y la «Royal Philharmonic Orchestra», atronan en el Santiago Bernabéu, santuario del fútbol europeo, la mística alcanza su excelencia ... y los goles se caen de los bolsillos de los jugadores blancos. Es el poder del diez veces campeón de Europa. Por más veces que se repita no dejará de impresionar. El Real Madrid ha ganado una de cada seis Champions. Y va a por otra. La Undécima, en la sesenta edición del torneo. Suena celestial. (Narración y estadísticas)
El camino hacia gigantesca hazaña comenzó con alfombra roja suiza. El Basilea, matagigantes de Europa en los últimos años, se llevó cinco del coliseo blanco como pudo facturar ocho en el vuelo de vuelta a Suiza. El conjunto helvético vino a la capital de España a echarle un pulso al Madrid y en los partidos de ida y vuelta está todavía por ver el equipo que es capaz de no salir con las orejas gachas cuando enfrente tiene al vigente campeón de Europa. Contra los males de Liga, No hay mejor paracetamol que un saco de goles continentales. Aunque el juego siga pidiendo a gritos al Madrid de la temporada pasada.
Los de Ancelotti comenzaron con buen pie su andadura en la Champions pero volvieron a dejar bastantes dudas. A los 35 minutos, los blancos ya ganaban por cuatro goles, gracias a los tantos de Suchy en propia puerta, Bale, Cristiano y James. El del galés, paradigma del Madrid eléctrico que enamora: recuperación de Kroos en el círculo central; taconazo de Cristiano; Modric, de primeras, asistencia con el exterior al desmarque en velocidad de Gareth y gol de Bale con sombrero y espuela inclusive. Todo en apenas cinco segundos. Latigazos de diamante «made in Real». Antes del descanso, Derlis González marcaría el tanto del honor para el Basilea.
Decía que el Madrid ganó, goleó pero no convenció. La falta de trabajo y solidaridad de los jugadores de ataque en el entramado defensivo del Madrid es alarmante. Los suizos llegaban al arco de Casillas cómo y cuándo querían para desquicio de Pepe y Ramos, afónicos desde hace varias semanas. Con la zaga en Boston y el ataque en California, al Madrid le da de sobra para llegar a cuartos de la Champions, donde la competición eleva el vuelo y los globos ya no se inflan más. Pero para nada más. Y lo saben. Otra cosa es que llegado abril lo lleven solucionen. Tiempo tienen.
Benzema ve portería
El partido tuvo tal aroma a trofeo Bernabéu que hasta sirvió para que Benzema viera puerta (con un zurdazo a la escuadra: cerró la cuenta con el quinto del Madrid, su tercer gol en 19 partidos) , y se librara de una bronca monumental cuando Chicharito le tomó el relevo en el rush final.
El que sí que cambió los pitos por aplausos fue Casillas, otra vez fue silbado por cierta parte de la hinchada merengue. De hecho, ya desde el anuncio por megafonía de los titulares durante el calentamiento fue abucheado. Patética esta absurda guerra civil que empieza a dar vergüenza ajena. El madridismo siempre se tildó de público lleno de sabiduría (futbolística). Serán los nuevos tiempos. Iker, como contra el Atlético, aguantó el chaparrón pero, esta vez, sí que contestó. Sobre el campo. Como hacen los grandes. En mitad de la segunda parte, en un mano a mano a dos metros de González, el mostoleño sacó sus famosos reflejos y detuvo el disparo del paraguayo con una mano prodigiosa. Como inicio de reconciliación, no estuvo mal, pero sin presumir. Como el Madrid y su inicio de andadura hacia la Undécima. Berlín espera.
Ver comentarios