El realismo y la abstracción conviven sin complejos en las galerías sevillanas

Sin embargo, el realismo y la figuración siguen siendo propuestas que nunca dejan de cultivarse, y la combinación de ambas estéticas es algo que puede verse en las galerías sevillanas, donde podríamos decir que conviven con agilidad.

En la galeríaRafael Ortiz, el artista Ramón David Morales (El Viar, Sevilla, 1977) presenta 'Del rectángulo a la puerta. Del agua al celeste', su primera exposición individual en este espacio, donde expone un conjunto de pinturas difíciles de etiquetar.

En la obra de Morales, arquitecturas básicas, geografías vírgenes o suavemente intervenidas, objetos ancestrales, cotidianos, técnicos o divinos; naturalezas y cuerpos celestes y todo ello coronado por el color, siempre presente en su obra. Y la geometría, convertida como algo esencial entre objetos cotidianos.

Otro de los notables talentos del arte actual, José Guerrero (Granada 1979), presenta en la galería Alarcón-Criado la exposición 'Muros y brechas', el resultado del trabajo reciente del creador en territorios del Altiplano de Granada y de la Bahía de Nápoles.

Guerrero estructura su obra en series que el artista desarrolla en lugares que de algún modo forman parte de nuestro imaginario. Le interesa situarse sobre espacios del límite, entre lo rural y lo urbano, el documento y la abstracción, lo particular y lo universal, el presente y el pasado, la pintura y la fotografía.

Curioso que haya elegido el nombre de 'brechas' como título de su exposición, que coincide con las famosas 'Brechas' del también granadino y del mismo nombre José Guerrero, pintor y grabador nacido en Granada en 1914 y fallecido en 1991.

En la galería Haurie el realismo, en este caso el paisaje, se abre paso a través de la exposición 'La luz de la sombra' de Francisco Vera (Córdoba, 1978), pintor de corte figurativo-realista y de temática (puentes, azoteas, riberas, molinos y canales, preferentemente), motivos, en apariencia de poca relevancia, que el autor hace suyos y, aunque el espectador siga identificándolos como tales, a través de sus pinceles, los devuelve transformados en poemas visuales.

Pintor autodidacta, en 2018 fundó la asociación 'Córdoba Contemporánea', junto a artistas locales como Francisco Escalera, María José Ruiz, José Luis Muñoz, entre otros pintores.

En la galería Birimbao el artista Carlos Montaño (Sevilla, 1956) ha inaugurado la exposición titulada 'Roma, la memoria de la tinta', en la que presenta una serie de dibujos realizados durante su estancia en la Academia Española de Historia, Arqueología y Bellas Artes de Roma con motivo de la beca que le fue concedida a finales de los años 90.

La beca de Roma constituye un programa centrado en artistas, investigadores y creadores que tiene como objetivos, entre otros, contribuir a la formación artística y humanística de los distintos beneficiarios, intensificando la presencia cultural española en Italia. Uno de los últimos en pasar por la Academia de Roma fue Alonso Gil.

En los dibujos presentados en la exposición, Montaño enfrenta a las figuras a un conflicto intrínseco al ser humano: lo temporal y lo eterno. Así, el artista contrapone figuras (humanas y, por ende, temporales) que se contorsionan sobre sí mismas, no por la búsqueda de la plasticidad visual de la forma, algo que consigue, sino para servir al fin superior de la meditación acerca de las fronteras entre cuerpo y espíritu.

'Un bosque de nácar' es el título de la exposición de la artista Irene Molina (Granada, 1997), que se podrá ver en el espacio Di Gallery hasta el próximo 1 de julio junto con la de Alejandro Ginés ( Sevilla, 1985), con el título de 'Infieles'. Ambas muestras se han agrupado en un sólo proyecto titulado 'Diálogos'.

Alejandro Ginés explora la escultura desde el concepto de reproducción y duplicidad creando composiciones enigmáticas llenas de belleza.

Por otro lado, Irene Molina y sus esculturas rompen las fronteras entre lo digital y lo analógico materializando sus creaciones digitales mediante la impresión 3D y resinas. Dos lenguajes muy distintos que se encuentran en las salas de DiGallery en forma de escultura y que realizan este siempre deseable diálogo en el mundo del arte.