Karel Marc Chichon: «Soy un enamorado de Sevilla y tengo el abono de la temporada de la plaza de toros»

—¿Qué supone para usted volver a dirigir a la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, un de las más prestigiosas de España?

—De hecho, es la primera vez que dirijo la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, pero no me sorprende que se piense que ya he debutado con ella. Son una de las curiosidades de la vida que, aunque tenga una segunda residencia en Benalmádena y vínculos muy importantes con la música española, por no decir que soy un enamorado de Sevilla (nadie me quita la Feria de Abril cada año, soy fiel abonado de la temporada de toros en la plaza de toros de la Maestranza y es difícil que me pierda una corrida de toros durante la misma, al igual que muchas de las otras tradiciones sevillanas que vivo con gran intensidad), resulta que Sevilla, como ciudad, la conozco íntimamente menos en su escenario «clásico», como es el Teatro de la Maestranza. Pero sin duda, eso no quita la gran emoción que siento al estrenarme con la ROSS en su Teatro de Factum. Todo lo contrario, es un momento emocional muy importante en mi vida.

—¿Cómo ha visto la evolución de esta orquesta?

—He seguido a la ROSS dentro de mis posibilidades y, como cualquier otra orquesta, considero que ha vivido todo tipo de momentos artísticos en sus últimos 20 años. Comprendo que ahora atraviesa un momento generacional muy significativo, que no es muy diferente al que vive mi propia orquesta en Las Palmas de Gran Canaria, y es algo que debe gestionarse con mucho cuidado y sentido de responsabilidad hacia el futuro.

—La pieza central del programa será el 'Concierto de Aranjuez' del maestro Rodrigo, una obra que no se ha parado de tocar desde su estreno en 1940.

—Tiene toda la razón, y es una obra con la cual me identifico mucho, porque captura la esencia de la música española de todos los tiempos, con la modernidad del siglo XX que solo un genio como Rodrigo ha podido saber emular tan magistralmente en un contenido esencialmente «clásico».

—¿Había usted dirigido esta obra antes?

—He dirigido esta obra muchísimas veces y siempre ha sido un placer, en particular, interpretarla y difundirla fuera de España, en ciudades como Berlín, Viena, Múnich, Frankfurt, Stuttgart, Moscú, Seúl, Bolonia e incluso Nápoles. Siempre me he considerado un embajador no oficial de la música española, tanto en lo sinfónico (Rodrigo y Falla siendo mis «predilectos») como en el género de la zarzuela, que he llevado por todo el mundo e incluso grabado para Deutsche Grammophon. De hecho, también arreglé cuatro pasodobles taurinos para orquesta sinfónica que grabé para la televisión SWR alemana con mi antigua orquesta, la Deutsche Radio Philharmonie, y que ha recibido más de 4 millones de visitas en YouTube, algo que me alegra enormemente y deja patente que la música española siempre es recibida gratamente por el público internacional.

—Además se van a acercar al repertorio contemporáneo con la obra 'Ariel' de Noelia Lobato. ¿Qué le parece dirigir obras de jóvenes compositores que están destacando en los últimos años?

—Considero una obligación artística apoyar y difundir la música contemporánea, especialmente cuando uno se identifica con una compositora del talento de Noelia Lobato. De hecho, su obra 'Ariel' fue un encargo mío para la apertura de mi temporada de conciertos de abonos con mi antigua orquesta, la Deutsche Radio Philharmonie en Alemania, y se estrenó allí en 2015. Cuando estaba confeccionando el programa para estos próximos conciertos en Sevilla con la ROSS, tenía claro que, antes que nada, debía tener un contenido artístico sevillano, y qué mejor que representar a una joven y talentosa compositora como es Noelia, junto al mejor guitarrista clásico que ha producido Sevilla, José María Gallardo del Rey, quien considero que no tiene igual en su interpretación del Concierto de Aranjuez.

—También harán una selección de 'Romeo y Julieta' de Prokófiev. Imagino que dirigir una de las obras fundamentales del repertorio sinfónico del siglo XX debe de ser muy especial para usted.

—Es una obra con la cual me siento muy identificado y que incluso he grabado para SWR Hanssler Classics.

—Ha renovado con la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria hasta la temporada 2026-2027. ¿Cómo está resultando la experiencia con esta orquesta?

—Mi experiencia con esta fantástica orquesta ha sido el mejor regalo que me ha dado mi vida artística. Cuando llegué a la orquesta en 2017, había salido de una huelga muy desagradable y artísticamente estaba muy inestable. De hecho, creo que no diría nada malo cuando afirmo que llegué en el peor momento de la orquesta. Pero hubo química y un respeto mutuo desde el primer momento, no solo con la orquesta, sino también con los responsables políticos, que apoyaron mi visión artística para la orquesta. Considero que ese apoyo político ha sido fundamental: el tener acceso directo a un presidente del Cabildo (propietario de la orquesta), Antonio Morales Méndez, quien siempre se ha interesado por apoyar y hacer de esta institución pública la joya de la cultura canaria. Juntos hemos conseguido tocar el cielo con conciertos que quedarán en mi memoria para siempre y con una base de abonados que se ha visto incrementada a los actuales 1.200 abonados anuales para toda la temporada, la cuota más alta de la historia de la orquesta y que pocas orquestas, no solo en España, sino en el mundo, pueden presumir. Más allá de eso, nos hemos comprometido con los artistas canarios, que forman parte de la base de mis temporadas, y con un proyecto educativo que llega a más de 250.000 niños de Las Palmas de Gran Canaria. Si lo resumo aún más, no le puedo explicar el orgullo y la emoción que puede sentir uno cuando, hasta el señor artillero de nuestra orquesta, te viene después de un concierto a devolverte tus partituras, con lágrimas en los ojos, y te pide un abrazo al ver al público de pie en ovaciones, y que él, como todo mi equipo, sienta que mi éxito es el éxito de todos. Eso, para mí, no tiene precio y es lo que me hace querer ser director de orquesta.

—Coménteme la relación tan especial que mantiene con el Metropolitan Opera de Nueva York desde que estrenó 'Madama Butterfly' en 2016 y siendo un director muy solicitado a partir de esa fecha.

—Mi debut en el MET en 2016 fue un antes y un después en mi carrera, porque sin duda es el teatro de ópera más importante del mundo. También le confieso que nunca he estado tan cargado de nervios como para ese debut, pero lo importante fue la química con la orquesta y el teatro, que inmediatamente me contrato para otros proyectos operísticos. Estoy muy ilusionado de volver a este templo de la ópera para dirigir 'La Boheme' en 2026 y 'Tosca' en 2027.

—¿Qué proyectos más destacados tiene para 2025?

—Además de los grandes proyectos artísticos con mi querida OFGC en Las Palmas de Gran Canaria, tengo una especial emoción por comenzar un nuevo reto: el de director artístico del Concierto Oficial de Adviento de Viena en Austria, con el cual he firmado un contrato por tres años con la Konzerthaus de Viena. Es un proyecto con la Orquesta de la Radio y Televisión Austriaca ORF, y me hace mucha ilusión volver, de esta forma, a la capital austriaca, a donde antes estuve a cargo de la dirección artística de los conciertos Christmas in Vienna durante muchos años. También dirijo una nueva producción en el Teatro Real de Madrid de 'El Tsar Saltan' en mayo y una gira con la New Japan Philharmonic en Tokio, Nagoya y Osaka en junio, así como vuelvo a la Ópera de Berlín con 'La Traviata' en octubre.

—¿Qué ha supuesto para usted ingresar como académico correspondiente de la Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría?

—Es un honor y una profunda responsabilidad ingresar como académico correspondiente en la Real Academia de Santa Isabel de Hungría de Sevilla, una institución que ha sido, y sigue siendo, un faro de la cultura y el arte en esta ciudad. Para mí, este reconocimiento no solo supone un hito en mi carrera, sino también una reafirmación de mi compromiso con el poder transformador de la música y su capacidad de enriquecer vidas. Sevilla es una ciudad que ha cultivado durante siglos un patrimonio musical y cultural único, y que ha demostrado ser un epicentro de innovación y pasión artística. Agradezco de corazón a la Real Academia esta distinción y asumo el compromiso de seguir trabajando para que la música sea una fuerza que impulse el crecimiento cultural y humano, tanto en Sevilla como en el mundo.