David Bisbal firma un concierto arrollador en su regreso a Sevilla

La energía positiva, el ímpetu, la alegría, la frescura, la fuerza arrolladora, los ritmos latinos, los bailes calientes y las ganas de pasarlo bien que derrochó anoche el almeriense casan con el estío tanto o más como el azahar con la primavera o los villancicos con el invierno. Son tres conceptos tan vinculados entre sí, que prácticamente servirían como recurso para la metonimia.

Pero si David Bisbal es uno de los intérpretes españoles de mayor éxito internacional del presente siglo no es solo por las virtudes antes mencionadas y tan características de su forma de entender la música. A todas ellas hay que añadir una, obviamente nada baladí: canta de maravilla. A sus 44 años, con más vitalidad que nunca, se encuentra en plena madurez artística. Su poderío vocal rayó a gran altura a lo largo de las dos horas justas que duró el espectáculo.

Su voz lució incontenible en un repertorio con no menos de una decena de temas que han sido verdaderos himnos veraniegos a lo largo de sus más de 20 años de carrera: 'Corazón latino', Bulería', 'Ave Maria' –trío absolutamente ganador con el que abrochó el concierto de manera brillante y pletórica ante un público completamente extático–, 'Quién me iba a decir', 'Lloraré las penas', 'Camina y ven', 'Oye el boom', 'Antes que no', 'Silencio' y 'Bésame', entre otras.

El motivo de esta visita a Sevilla, en el marco del potente ciclo de conciertos Noches en la Maestranza, es «Me siento vivo Tour 2023», una gira que toma el nombre de su próximo disco y con la que está recorriendo desde junio las principales ciudades de nuestro país.

De su futuro álbum interpretó hasta tres adelantos: la inicial 'Ajedrez', enérgica y sentimental pieza pop marca de la casa con la que arrancó el concierto; 'Me siento vivo', balada dedicada a su familia, todavía inédita en su versión de estudio y que dará nombre al disco; 'Ay, ay, ay', bachata con reminiscencias rumberas; y 'Tengo roto el corazón', una suerte de medio tiempo en clave electropop ochentero estrenado hace menos de una semana y que en la Maestranza gustó mucho.

Además de repasar sus himnos más bailables, la estrella andaluza –hizo numerosos guiños a su tierra, incluso se envolvió durante unos minutos en una bandera blanca y verde de la comunidad autónoma que le lanzaron desde el público– destacó en otro de sus puntos fuertes, la balada. Bisbal se mueve en este género como pez en el agua, como demostró en un medley compuesto por 'Quiero perderme en tu cuerpo', 'Esta ausencia', 'Culpable' y 'Dígale'.

En la recta final recordó sus inicios en la profesión, a finales de los noventa, cuando recorrió durante cuatro años numerosas ferias de la provincia sevillana liderando la orquesta Expresiones: «Sevilla ha sido un lugar donde he aprendido todo lo que es la música, visitaba muchísimos pueblos cantando copla y sevillanas, Tocina, Los Rosales, Carmona…». Incluso se animó a cantar por sevillanas, interpretando la conocida 'Llévatela', del artista palaciego Manuel Orta.

Tras su actuación de ayer, este jueves vuelve a actuar en el histórico coso sevillano, firmando un doblete en tierras hispalenses del que este año solo podrán presumir escasísimos artistas, entre ellos el que protagonizó el pasado fin de semana el gran Joaquín Sabina. Una cita para la que todavía quedan entradas.