Un soltero recibe sus terceras calabazas en 'First Dates' tras dejar espantada a su cita: «¡Madre mía de mi vida!»

José se encontraba en el restaurante con Mercedes (82), una cigarrera madrileña jubilada que se presentaba como una persona «muy pesimista». «Antes no lo era, pero llevo una temporada que lo veo todo negativo. Me casé y todo fenomenal, pero mi marido se murió muy joven, a los 56 años, y me quedé viuda con 52. Y luego tuve una pareja durante 20 años que se murió de repente», contaba durante su presentación. Pese a todo, intentó ponerle un punto de humor a su historia al charlar con Sobera. «Ya puede tener cuidado el próximo, si es que hay», bromeó.

Noticia Relacionada

Un soltero deja 'ko' a Carlos Sobera con su insólito oficio: «Podías haberme dicho que chupabas otra cosa»

Mari Carmen Parra

El presentador del programa de Cuatro se quedó con la cara desencajada al escuchar cuál era la profesión del joven

Pero el buen humor se le borró nada más conocer a su pretendiente y verlo andar con dificultad por culpa de una fascitis plantar. «¡Madre mía de mi vida! Me esperaba uno de otra edad. A lo mejor tiene menos años porque yo ya tengo 82, pero me veo capacitada para alguien más joven. Que no puede andar el hombre», reaccionaba ella.

Más allá de la primera impresión, Mercedes pudo comprobar que, efectivamente, José Luis no era su pareja ideal. El toledano se abría con ella sobre sus relaciones pasadas. «Me quedé viudo hace 14 años, tuve una cosa que no cuajó y quitando eso no he tenido más. Cuando tienes 20 años no pasa nada, pero cuando ya hay años tienes tus problemas, tu familia, tus hijos, tus nietos». Ella también compartió que había perdido a su marido.

Sin embargo, José Luis acaparó la conversación narrándole al detalle buena parte de su historial médico, las enfermedades que ha padecido y las veces que ha estado al borde de la muerte. Pero a Mercedes esos temas le interesaban más bien poco, tal y como reveló al equipo de 'First Dates'. «Yo he venido a hablar de actualidad, de amores, a lo que se viene aquí, pero para penas ya tengo yo bastante con las mías», se quejaba la mujer.

Ajeno al sentir de Mercedes, el soltero seguía contándole su vida en verso. «Me fui a Alemania con una familia y como siempre he tenido BMW quise conocer la fábrica. Me fui a Múnich y al director general le caí muy bien y todavía somos amigos. Hice amistad, me metió de probador de los coches y fui ascendiendo y terminé de jefe de probadores. Acabo de volver de Alemania y voy frecuentemente». Mientras más hablaba, más se le notaba el semblante de aburrimiento a la madrileña. «No he abierto la boca, es que no me ha dejado», volvía a repetir.

En un momento dado, José Luis intentó que su cita también participara. El problema es que ella se encontraba totalmente desinteresada. «No me dejas hablar, pero no tengo mucho que contar. Se murió mi marido y ya está», lo cortaba.

Ante tal fracaso, ambos se negaban a tener una segunda cita. Mercedes, una vez más, no se anduvo con rodeos al explicar sus razones. «Primero por la distancia y lo segundo es que no es mi perfil. Que te vaya muy bien por los mundos de Dios, por Alemania y por ahí».