Jaime Lorente y Vicco: o por qué no hay que ir a la emisora si el locutor te enamora

Jaime Lorente se cargó la promoción de 'El Cid' (Prime Video, 2020) por decir que la gente «que tiene idealizado al Cid no tiene ni idea». También «que se preparen las derechas cuando vean este Cid». Eso le convirtió, no podía ser de otra manera, en un rojo peligroso para unos y en un progresista ilustrado para otros. Lo bueno es que la vida cambia pero las personas no. O mejor: el famoso cambia pero el público es igual de imbécil antes y después.

Ahora Lorente lleva un tiempo azuzando a los políticos de izquierda con el tema de la amnistía. A Gabriel Rufián lo llamó «sin vergüenza» después de que el de ERC insultara al chaval que fue a Ferraz a 'putodefender' España; a Pedro Sánchez le mandó «a tratarse» lo de su «ambición desmedida», y a Yolanda Díaz la acusó de «haber conseguido convertir todo en ruido y odio». Así, Lorente ha pasado de ser para unos un agitador de la Leyenda negra contra España a un defensor de la democracia y del régimen del 78. Los otros, los que lo veían como un Ian Gibson guapo y elegante, ahora lo llaman fascista reaccionario.

Le ha pasado algo parecido a Vicco -la autora de 'Nochentera', ese hit digno de Abu Ghraib- a la que se le está complicando la carrera por decir algo que a nadie cabal le debería importar. En un juego absurdo durante una alfombra roja eligió descartar a Pedro Sánchez por delante de Santiago Abascal y en otra, ante el mismo reportero, dijo que no encontraba defectos a Isabel Díaz Ayuso. Son sus propios seguidores -mucho triángulo rojo «antifascista» y bandera arcoiris- los que la están poniendo a parir en las redes.

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Antes, en otros tiempos más sencillos, se decía eso de que con desconocidos no hay que hablar ni de política ni de dinero. Ahora, tiempos liquido-locos, la gente quiere ver al locutor que les enamora y, lo que es peor, saber cómo tiene alicatado el baño y la cabeza.