Miguel Ángel Muñoz: «Cuando empecé, sabía que era el peor»
La final de MasterChef Celebrity fue vista por 3,5 millones de espectadores
HELENA CORTÉS
Miguel Ángel Muñoz tuvo que mantener en secreto durante más de tres meses que era el primer «MasterChef Celebrity» España, aunque empezó en el concurso sin saber freír un huevo. «Es una sensación muy extraña, porque lo viví hace meses, pero el martes ... lo vi como si fuera la primera vez. Aún me sigue sorprendiendo que dijeran mi nombre. De hecho, tardé en reaccionar», cuenta el actor, que tuvo a casi 3,5 millones de personas (28,2%) pendientes de su duelo final con Cayetana Guillén Cuervo , que se prolongó hasta las 2.00. Aunque en el plató le acompañaron sus amigos Jero y Perico y la anciana Tata, en su casa juntó a todos aquellos que le ayudaron a conseguir ese ansiado trofeo y el premio de 75.000 euros, que donó a la fundación Pequeño Deseo.
Cada plato del menú ganador, que incluía un fondo de pescado, magret de pato con cerezas rellenas y un milhojas de cheesecake tropical de postre, escondía una historia personal. «Quería hacer un homenaje a los sitios donde me ha llevado mi trabajo y he disfrutado de una gastronomía muy rica: España, México, Estados Unidos... Por eso incluí un ceviche en el entrante y la cheesecake de postre. En California lo como mucho porque me encanta, seguro cuando vuelva le saco defectos…», comenta entre risas. La primera vez que cocinó el menú completo tardó casi cuatro horas, que a base de práctica redujo a poco más de dos.
Aunque llegó a «MasterChef» casi en el último minuto -lo llamaron tres días antes de empezar a grabar-, su empeño dejó boquiabierto al jurado formado por Pepe Rodríguez, Jordi Cruz y Samanta Vallejo-Nágera , que estuvieron acompañados por el cocinero español José Andrés -«casi no pude darle bola», bromea el ganador-. Cada día, Miguel Ángel Muñoz pasaba entre tres y cinco horas cocinando con Jero, cocinero de profesión, y entre siete y nueve por su cuenta. Los días que no grababa, de jueves a domingo, trabajó en un catering y dos restaurantes. «Nunca creí que no pudiera ganar. Creo que todo es posible, y aunque no siempre consigo mis objetivos, me pongo muchos y logro un montón. Sabía que era el peor, pero que en un par de semanas me podía poner al nivel del resto», confiesa Muñoz, que aún no ha respondido todos los mensajes de felicitación recibidos. «No estoy acostumbrado a que me doren la píldora ni mis amigos ni mi familia. La primera semana mi padre me llamó preguntando si me habían echado. Siempre les ha costado decirme que lo hago bien, por eso tengo la necesidad de hacerlo no perfecto, sino pluscuamperfecto», revela.
La entrañable Tata
Quién no ha dudado en mostrar su orgullo desde su primera aparición fue la Tata, que conquistó al público. «Es la hermana de mi bisabuela. Mis padres -la vidente Cristina Blanco y el promotor Miguel Ángel Muñoz- eran muy jóvenes cuando nací, tenían que trabajar, y hasta los siete años estuve casi siempre con ella. Tiene una cabeza lucidísima, una actitud increíble y, aunque me parezco mucho a mis padres, también tengo muchas cosas de ella, su positividad, buen humor… Estoy feliz por haberlo compartido con ella. Ha montado tres veces en avión, dos conmigo, y con 90 años. Espero que nos queden por hacer unas cuantas cosas más», concluye emocionado. Solo le queda disfrutar de un último premio: un curso en el Basque Culinary Center.
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