Televidente
De 'Sálvame' a Roald Dahl: qué aburrido es el progreso
«Por lo que sea, la repentina preocupación ontológica de Mediaset por el ocio (entretenimiento es entretenimiento, igual que Rajoy es Rajoy) ha coincidido con un año insoportablemente electoral, y la decisión de la Roald Dahl Story Company con que esta ahora sea propiedad de Netflix»
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónNo es broma: Mediaset ha aprobado un nuevo código ético. Sí, sí, esto es como cuando Burger King sacó su menú vegetariano, o como cuando en ARCO se critica el capitalismo: el oxímoron es un gran negocio, por eso en China aún se celebran elecciones. ... En fin, que nos perdemos. El documento tiene veintidós páginas y dice cosas así: «Los programas de entretenimiento son eso mismo, de entretenimiento y, por lo tanto, sus presentadores y colaboradores deben abstenerse de emitir opiniones, preferencias o comentarios políticos en el seno del programa». Esto va justo después del apartado dedicado a la libertad de expresión y la independencia periodística, porque siempre la censura sigue a la palabra libertad, aunque últimamente ocurre lo mismo con la inclusión y sus derivados.
La Roald Dahl Story Company , que gestiona el legado del escritor, ha considerado que este era demasiado ofensivo para nuestros días. En colaboración con su editorial, la entidad (a falta de un sustantivo mejor) ha reescrito parte de sus historias para que los gordos pasen a ser enormes, los hombres sean solo personas y los locos se conviertan en ricos (¿?), y también para que una niña, Matilda, deje de leer a Conrad y a Kipling y se ponga con Austen y Steinbeck. En España , de momento, seguirá con estos heteruzos. Ay, el momento.
Por lo que sea, la repentina preocupación ontológica de Mediaset por el ocio (entretenimiento es entretenimiento, igual que Rajoy es Rajoy) ha coincidido con un año insoportablemente electoral, y la decisión de la Roald Dahl Story Company con que esta ahora sea propiedad de Netflix (de hecho, ellos juran que la revisión empezó antes de la compra). Por supuesto, se ha montado un buen barullo con el tema y el futuro de la civilización occidental, que está en juego desde su nacimiento. Pero esto era el progreso: gente que no quiere cambiar el mundo, solo hacer negocio; es así de aburrido. En el siglo XIX los hermanos Grimm suavizaron algunos de sus cuentos para venderlos mejor, y el propio Dahl quitó algún improperio en sus adaptaciones al cine y al teatro. Ahora son sus herederos (qué profesión, heredar) quienes modifican sus textos. Y todos saben que es tan difícil escribir sin ofender como tirarse cuatro horas hablando y no tocar la política, pero los caminos del dinero son extraños. Y a veces te llevan a ninguna parte.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete