Suscríbete a
ABC Premium

Televidente

Placeres culpables

«No vivimos tanto para producir tanto contenido, palabra clave en este siglo inquieto y ansioso»

El próximo reto de Pedro Sánchez

Revolución en Eurovisión: España cumple su amenaza y no irá al festival por la presencia de Israel

Bruno Pardo Porto

Esta funcionalidad es sólo para registrados

El otro día me vi encadenado a una serie de vídeos donde unos individuos se preparaban café con mimo de ebanista japonés, utilizando un cachivache para moler el grano, otro para removerlo y un tercero para prensarlo. El café, purísimo, como si acabara de manar ... de la cascada de una selva virgen y colorida como un Gauguin, caía sobre una onza de chocolate colocada en perfecto equilibrio sobre el diámetro de la taza, de manufactura nórdica. Con la última gota caliente, la onza se terminaba de derretir y se precipitaba con elegancia sobre el líquido, digno de un George Clooney. Después, un hombre vestido de andar por casa (una casa-pasarela, una casa-escenario, diez hipotecas de las tuyas) limpiaba su salón con tres aspiradoras diferentes, y lo explicaba. También me crucé con unos cuantos hombres que se vestían ante la cámara presumiendo de magisterio: «Hoy os enseño tres 'outfits' para el día a día». ¡Gracias!

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia