Alquien pagó a la madre del Cuco

Tampoco hay novedad en la querencia de «La Noria» por llevar novias o madres de otros enemigos públicos. Es el caso del fallecido Antonio Puerta, enemigo de temporada. Fue varias veces Violeta Santander y una la madre de Puerta. Una señora. En el caso de El Rafita, otra joya de la delincuencia juvenil, su intervención televisiva la tuvo el informativo de Pedro Piqueras, también en Telecinco.

Rosalía García ya había sido entrevistada fuera del plató en «Las mañanas de Cuatro». Fue en abril de 2009 (la muerte de Marta del Castillo se produjo en enero de ese año). La figura materna permanecía en penumbra asegurando que su hijo había cantado bajo presión policial. En el entonces programa de Concha García Campoy se veían imágenes furtivas de un muchacho de pelo rapado. Años después, en enero de 2011, cuando empezó el juicio contra el menor, Nacho Abad habló con ella para «El programa de Ana Rosa». Sentada en un pequeño muro, tampoco se le veía la cara. Se quejaba de que parecía que en lugar de estar sentado su hijo en el banquillo estuviera sentado Miguel Carcaño (el presunto asesino). También que por la calle la llamaban de todo. Por ejemplo, asesina y mala madre. Por eso y para proteger a sus padres mayores es por lo que dice no querer enseñarse.

María Antonia Iglesias, que junto a la abogada Emilia Zaballos y el propio Jordi González la interrogaba anoche en «La Noria», le preguntó que cuándo había perdido el control de su hijo, cuándo había perdido el control de lo que hacía por las noches. La madre dijo que nunca. Y María Antonia: «Usted no se enteraba de nada. Él tenía una vida paralela».

Pantalón blanco, botas negras, pelo del mismo largo y color que su hijo, chaleco blanco, camisa negra, peluco blanco, anillo en el índice con el que jugaba y manos muy usadas que dejaba entre los muslos. La madre de El Cuco aguantaba cómo le decían que su hijo es de la generación de los «chicos malos». Y como presumían que lo estaba encubriendo. También le recordaron que firmó las declaraciones iniciales del menor.

Después de la entrevista, debate. Ya sin la bien pagá, claro. «Todo nuestro respeto a los padres, familiares y amigos de Marta del Castillo», dijo Jordi González. Aplauso. Antonio del Castillo había declarado al programa «Al rojo vivo» de La Sexta que la entrevista le parecía una desvergüenza. A Pilar Rahola, presente en el debate, le dolía saber que la mujer había cobrado, aunque entendía el interés de la entrevista. Lo peor es que el interés de la entrevista fue nulo, menos que cero. Son 10.000.