Crítica de 'The Witcher': tan inútil como cantarle el cumpleaños feliz a un condenado a muerte

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Por desgracia ahí acabó todo. La segunda temporada fue una catástrofe de crítica y público con un giro completo para darle el protagonismo central al personaje de Yennefer de Vengerberg y relegando a un papel de mera comparsa al brujo más querido de la literatura fantástica. Pronto empezaron los rumores de la incomodidad de Cavill con los guionistas de la adaptación por su falta de fidelidad a la historia original e incluso surgieron alegaciones del desprecio que decían sentir hacia los textos de la saga escrita por Andrzej Sapkowski. El resultado fue el anuncio de la decisión de Cavill de abandonar la serie al término del rodaje de la tercera temporada y su sustitución por Liam Hemsworth para las próximas temporadas.

Con semejante torpedo a la línea de flotación de la serie -Cavill era sin duda el pilar maestro que la sostenía- las expectativas para la tercera temporada no eran nada halagüeñas. Ya podemos decir que esas expectativas se han confirmado con rotundidad. Los cinco primeros capítulos se centran por completo en intrigas palaciegas, oscuros planes políticos, reuniones, más reuniones y alguna que otra reunión. Mucho hablar y poco matar monstruos. Tedio, hastío y una sensación constante de que estamos viendo a un condenado a muerte arrastrarse por los pasillos de la penitenciaría esperando a que llegue su día. Y celebrar esta nueva entrega sería como cantarle el cumpleaños feliz a ese condenado a muerte: completamente inútil, especialmente llegada la estrofa final de la canción.

La forma en la que Netflix ha decidido matar a la gallina de los huevos de oro es totalmente incomprensible. El carisma de Cavill y el material de Sapkowski eran sin duda garantía de éxito y longevidad, pero tan pronto lleguen los últimos cinco capítulos de esta entrega no tendrá ni lo uno ni lo otro. La alarmante tendencia actual de las plataformas de hacerse con los derechos de las sagas más exitosas de la literatura para inmediatamente desmontar todos sus rasgos identificadores y de unión con sus fieles seguidores y convertirlas en una versión diluida y modificada que no agrada a nadie no cesa. Basta con mencionar el caso más hiriente de esta deriva: el desastre de los mil millones de Amazon, 'Los Anillos de Poder'. Siempre nos quedará la -ingenua-esperanza de que todas las plataformas aprendan de sus errores y en el futuro traten con más cariño a sus series, sus seguidores y especialmente a las fuentes originales de sus adaptaciones antes de que las destruyan todas una a una.