Crítica de 'La rueda del tiempo': un fuego excesivamente lento

Algo va muy mal en una serie cuando el espectador se acaba por poner de forma inevitable del lado de los malos

Un día dentro de 'La rueda del tiempo': cómo se construye un universo cinematográfico al detalle

Revolución en Eurovisión: España cumple su amenaza y no irá al festival por la presencia de Israel

Si hay algo que caracteriza a las sagas de fantasía como 'Juego de Tronos', 'El Señor de los Anillos' o 'The Witcher' es su extensión, su profundidad y su complejo y enrevesado ecosistema de personajes, localizaciones y mitología propia. Por algo las obras literarias originales ... suele ser un número elevado de tomos en los que el autor, con toda la calma del mundo, explica, detalla y pormenoriza hasta el infinito página tras página.

Lo habitual al adaptar estas obras a televisión o cine es que, al ser un formato limitado por el metraje y la duración de cada película o capítulo, haya que ir más rápido, obviar subtramas, pasar de puntillas por ciertos personajes o incluso inventar alguno nuevo que explique ciertos detalles para favorecer el espectáculo y un ritmo liviano. En pocas palabras, las series van más rápido que sus fuentes literarias originales. Tienen un ritmo más alto que funciona mejor en el lenguaje visual.

Sin embargo 'La rueda del tiempo' en su segunda temporada, de reciente estreno en Prime Video, ha conseguido lo contrario: llegar a un ritmo tan lento y tedioso que parezca que alguien haya decidido ralentizar nuestra vida para que todo vaya a cámara lenta. Por si fuera poco, varios de los capítulos de la nueva temporada llegan fácilmente e incluso sobrepasan los setenta minutos y se parecen más a una obligación que a un rato de diversión y esparcimiento.

En esta segunda entrega conoceremos más en detalle el funcionamiento de las Aes Sedai -las mujeres capaces de canalizar el Poder Único-, el aprendizaje de las novicias, descubriremos nuevos pueblos como los Seanchan, los Aiel y nuevos antagonistas como son Los Renegados. Se agradece que los guionistas se tomen el tiempo necesario para familiarizarnos con los personajes, con los mundos y con los conceptos de fantasía propios de cada saga. Pero ni tanto ni tan calvo. Porque durante siete capítulos asistiremos a muchas, muchísimas conversaciones, encuentros, reuniones, debates, reflexiones e incluso sueños que son totalmente superfluos en una adaptación para la televisión.

'La rueda del tiempo' parece más bien no estar adaptada en absoluto, sino simplemente transportada de la novela a la pantalla. Y por interesante que sea, se hace interminable. La sensación al terminar el octavo y último capítulo se asemeja más al alivio por terminar una larga travesía por el desierto que a la satisfacción de haber disfrutado de un viaje.

En estas arenas movedizas visuales que nos impiden avanzar y nos generan sensación de estar detenidos contra nuestra voluntad en el sofá, por desgracia nos acompañarán una Rosamund Pike que se limita a poner cara de acelga cada vez que pilla cámara y cinco jóvenes héroes que no juntan una personalidad completa entre todos ellos. Sólo se salvan los antagonistas Ishamael y Lanfear cuyas motivaciones, decisiones y planes tienen todo el sentido del mundo y despiertan empatía y apoyo en el espectador. Algo va muy mal en una serie cuando el espectador se acaba por poner de forma inevitable del lado de los malos. Tanto fuego lento le deja a uno frío e indiferente, pero sobretodo, aburrido, hastiado y sumido en una triste y fantasiosa monotonía.

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Tres meses 1 Al mes Sin permanencia Suscribirme ahora
Opción recomendada Un año al 50% Ahorra 60€ Descuento anual Suscribirme ahora

Ver comentarios