Angelina Jolie reina en San Sebastián: «Amo mi país, pero no lo reconozco»
La estrella de Hollywood se convirtió en el gran atractivo del domingo en el Festival, donde pese a la lluvia llenó las calles para la alfombra roja de 'Couture', película que protagoniza y produce
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San Sebastián
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Iniciar sesiónA las ocho de la mañana de un domingo gris y lluvioso en el Festival de San Sebastián solo se pueden hacer dos cosas: ir al cine por obligación o pedir autógrafos por devoción. Las únicas personas que paseaban por la ciudad a esa hora ... eran los periodistas acreditados camino del Teatro Victoria Eugenia para ver bajo las legañas 'Couture', la película de Angelina Jolie que capitalizaba la jornada. Solo habían madrugado más que ellos los cinco 'caza autógrafos' que, a caballo entre la locura y la pasión, esperaban en la puerta del lujoso hotel María Cristina para hacerse una foto con algún famoso. Se tuvieron que conformar con un ministro de Cultura: «Buen viaje, Urtasun», le gritaron a eso de las 8.23 de la mañana.
Tenían los buscadores de famosos y los periodistas el día entretenido con el tiempo –salía el sol, llovía, volvía el sol, y así– y con la cantidad de estrellas de todo tipo y condición que ayer desfilaban por San Sebastián. A Angelina Jolie no se la esperaba por estas tierras hasta por la tarde. Iba a estar en San Sebastián apenas un suspiro: paseo por la alfombra roja, rueda de prensa de la película francesa que produce y protagoniza y vuelta a casa. Un suspiro, eso sí, demasiado intenso.
Será porque no hay grandes estrellas de Hollywood esta edición o por el tormentón que inundó las aceras a la hora de la alfombra roja, el caso es que la sensación era de tumulto inédito desde el Covid. Miles de personas bajo los paraguas para verla desfilar y posar unos pocos minutos y una sala de prensa en la que se formó una larga cola una hora y media antes del inicio. A cambio, Angelina Jolie se mojó en la alfombra roja y en la rueda de prensa. «Amo a mí país, pero en estos momentos ya no lo reconozco», dijo la intérprete tras una larguísima pausa a una pregunta sobre a qué tenía miedo. «Siempre he vivido a nivel internacional, mi familia es de fuera, tengo amigos por todo el mundo. Por eso sé que cualquier cosa que divida o limite las libertades de cualquier persona es algo muy peligroso. Son tiempos tan serios que hay que tener cuidado con lo que se dice», remató, con más precaución que florituras.
A su lado, la directora Alice Winocour, visiblemente enamorada de la actriz, a la que calificó de «rebelde» y de la que celebró que se atreviera a rodar en francés. Un homenaje a sus raíces maternas –de origen franco-canadiense–, algo que todavía no había hecho en pantalla. El mismo recuerdo que luego tendría al hablar de la enfermedad que atraviesa la protagonista de la película, un cáncer de pecho.
«Sí, perdí a mi madre y a mi abuela muy joven [por culpa del cáncer], por eso me hice una mastectomía hace una década y me quité los ovarios. Fue mi elección, no todo el mundo tiene que seguir lo que hice», dijo, afectada. «Alice ha hecho una película en la que une a las mujeres y a cualquier persona que atraviese esta situación y que se sienta vulnerable. Cuando leí el guion, pensé que iba a ir por un sitio más tópico, jamás pensé que iba a terminar en un punto en el que el deseo siguiera formando parte de la vida», explicó la estadounidense. De hecho, minutos después, volvería a hablar de su madre, ahora ya con las lágrimas tan al límite que tuvo que hacer una pausa y pedir perdón «para no llorar» de lo «emocionada» que estaba. «Es difícil hablar de mi madre. Llevé el collar de mi madre con sus cenizas durante el rodaje. Pensé mucho en ella. Muchos han pasado por un hospital y han vivido cosas similares o peores y saben la sensación de estar en un lugar así. Yo pensé en todo lo que tuvo que pasar mi madre, y que ojalá hubiera podido haber hablado tan libremente como yo lo puedo estar haciendo ahora. Ojalá que se hubiera sentido tan acompañada y no tan sola. Porque sé que mi madre le diría a mi personaje que viviera plenamente cada día, que no diera nada por sentado del mañana: tienes que aprovechar cada momento», concluyó.
A la espera de la diva
Pero hasta que Angelina llegó, un domingo de cine en San Sebastián daba para muchas cosas, como cruzarse por el hall del María Cristina al futbolista del Betis Isco Alarcón junto con su pareja, la actriz y directora Sara Sálamo, que presentan un documental sobre la lesión del deportista; cerca de ellos, Thierry Frémaux, mandamás del Festival de Cannes, iba saltando de una mesa a otra de la cafetería saludando a todo el que estuviera por allí, que podía ser Claire Denis (con película hoy en Sección Oficial), el belga Joachim Lafosse, con cara de agotado tras la promoción del sábado, o Esther García, que recogió el viernes su premio Donostia y está exprimiendo los días por la ciudad. Bajo las lámparas de araña y los sofás de cuero de un hotel que acogió a la más alta nobleza patria, aquí donde un café se cobra a precio de cubata y la noche cuesta lo que un mes de alquiler, se pasan las horas del festival. Y aquí Louis Garrel habló con ABC mientras esperaba la llegada de Jolie, su compañera en el cartel de 'Couture'.
En realidad, estaba gozando de un día de «relax» en una pausa del rodaje de la próxima película de Nani Moretti que está filmando en esta misma ciudad. No se aburre la estrella francesa, que se acaba de divorciar de Laetitia Casta y que, cuenta a ABC, ahora disfruta más las grabaciones que cuando era joven. «Cuando era más joven tenía estas ganas de vivir la vida y el trabajo en un rodaje lo veía como algo monstruoso. Aún así, no me siento como Isabel Huppert, que sí que está más tiempo rodando que en la panadería de abajo de su casa; yo soy más un 'flaneur'».
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Los que sí pasearon ayer con intención fueron los creadores de 'Maspalomas' junto a todo su séquito. Cosas de jugar en casa, claro, que igual se le une a la elegantísima Nagore Aranburu un acompañante con una camiseta 'vintage' de la Real Sociedad. Ellos presentaron la segunda película española a la búsqueda de la Concha de Oro, 'Maspalomas'. «Nosotros como Moriarti (la productora y el seudónimo con el que ya firman sus películas), no somos los más radicales ni rompedores ni iconoclastas [del cine español], pero precisamente por eso apetecía ponernos la cresta e ir a un lugar nuevo», contaron a ABC. «Adentrarnos en el tabú del sexo y la edad fue un plus porque mostramos algo que gran parte del público no está acostumbrado a ver: sexo y deseo en gente mayor. Es curioso porque ver sexo entre jóvenes con cuerpazos sí se acepta», explicaron.
Aunque ya nada sorprendía: Angelina Jolie estaba aterrizando en San Sebastián y no importaba nada más que ella.
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SuscribetePeriodista. Jefe de sección de Cultura. Coordinador de ABC Play (Cine, series, TV). Máster ABC 2013
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