Agustín Díaz Yanes infiltra a una guardia civil en ETA: «Había que desmantelar sus zulos para destruir a la organización»

«En la próxima década se estrenarán muchas más películas sobre ETA», cuenta Díaz Yanes, sentado al lado de la protagonista, Susana Abaitua. «No serán exactamente como estas, quizá traten sobre un etarra que se hace mayor o la memoria de un policía que detuvo a un Etarra... cosas así. Igual que en Irlanda se han hecho muchas películas sobre el IRA», analiza el veterano cineasta, que a sus 75 todavía se entusiasma pese a las pesadeces de una promoción en un festival de cine.

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Oti Rodríguez Marchante

Así, el guionista cuenta cómo se fue aproximando a la historia de una infiltrada en ETA. Si la película de 2024 hablaba de una policía nacional encarnada por Carolina Yuste, en esta ocasión es Susana Abaitua la que da vida a una guardia civil que fue clave para desmantelar todo el aparato logístico de los terroristas. «Me interesó mucho lo que leía sobre la Operación Santuario y tenía ganas de que nuestra película abarcara la década larga de cuando Mikel Antza era el 'jefe intelectual' de ETA», apostilla el cineasta, que recuerda que esa Operación Santuario «ha sido una de las más importantes de la historia de la Guardia Civil, en la que desplegaron 400 hombres», reseña, para rematar con una frase sorprendente: «Era una historia muy bonita cinematográficamente, porque significaba descubrir los zulos donde ETA guardaba los armamentos, la propaganda, el dinero, todo... Y [desmantelar] eso era destruir a la organización, como así fue», celebra el cineasta.

Se le escapa el entusiasmo a Díaz Yanes cuando recuerda que fue a hablar con la Guardia Civil para que le contaran detalles no publicados de la Operación Santuario. Y disfruta más al explicar que se había documentado tan bien que ya conocía casi todo. Y pone en valor el trabajo de esos 400 agentes españoles y otros tantos franceses que durante 12 años se dejaron la vida en sacar adelante «una operación muy minuciosa, muy difícil...». Porque recuerda Díaz Yanes que cuando el equipo de 'Un fantasma en la batalla' fue a rodar a las localidades donde ETA tenía zulos «eran pueblos aislados, lo que hacía muy difícil todo». «Me pareció muy interesante que una agente infiltrada que acabara como conductora de los jefes etarras pudiera, a través de los coches que veía y de la imaginación, deducir dónde estaban los zulos».

Igual que Hollywood ha sabido contar su historia –«estoy seguro de que la figura de Kennedy se la conoce mucho más por la película 'JFK'– el cine español está mirando ahora a su pasado reciente. «El terrorismo de ETA es, después del golpe de Estado, el acontecimiento más importante que ha ocurrido en España desde la Transición: más de 800 muertos –y seguro que algunos más, hasta los 1.000, porque hay claramente más que no están aclarados– que tuvieron a la sociedad convulsa, a los gobiernos destruidos... fue terrible», señala el guionista y director.

«Creo que ETA está un poco desdibujada ya, porque ha pasado ya un tiempo y no se estudia en los colegios... Siempre nos quejamos de que pase eso, pero sucede en todas partes porque la memoria es muy corta, cada vez lo es más», lamenta el cineasta, que cree que, cuando habla sobre una película con el terrorismo como telón de fondo, «tienes que tener un poco de cuidado con las cosas que dices, porque hay mucha gente que ha sufrido mucho. Además de las víctimas, aquí estamos hablando de acontecimientos que ocurrieron y sé que alguna gente no opinará lo mismo que yo de ellos... Pero soy el que ha escrito y dirigido la película, el que discrepe que lo diga y ya está. Todo es historia en movimiento. Y sobre todo, la película no representa un todo, la película es la historia de una guardia civil que se infiltró en ETA», relata el director, que no se corta al decir que esta película hubiera sido imposible de presentar en esta ciudad hace 30 años. «La acogida hubiera sido distinta, muy muy distinta, seguro... pero es estéril vivir en los años ya pasados», sentencia.