Ana Milán: «No hay nada más incorrecto que lo políticamente correcto»

No tiene pelos en la lengua el filme, ni vaho que empañe la cámara. En esta comedia sexual sobre la odisea de varias personas en un club de 'swingers' –parejas de intercambio–, pasan el filtro todo tipo de relaciones, nunca prohibidas por ley pero sí a menudo socialmente criticadas. «La película no habla de nada nuevo, pero no está de más hacer de recordatorio de que la libertad sexual nos rodea», afirma Anna Castillo, una de las protagonistas que, en la oscuridad, se desquitará de los prejuicios con una relación complicada.

Más contundente es Ana Milán, la anfitriona de este oasis sexual con luces de neón y agujeros en las paredes que comparte con su personaje (uno diferente al que iba a interpretar al principio) tanta soberanía y afán protector como ternura «a raudales». La actriz, siempre muy clara, culpa de los juicios que coartan esas libertades a «la policía de la verdad» , «esa gente que te señala y acusa, esos que también tiene fantasías sexuales, que te cuenta cómo debería ser el mundo, cómo debes comportarte, cómo debes amar y cómo debes tener sexo. Apaga que nos vamos». «Qué egocéntrico pensar que lo que tú practicas es lo bueno» , añade, más inocente, Castillo. «La endogamia de los que se dan la razón continuamente», expone de nuevo Milán, categórica al respecto.

Junto a ellas, un retahíla de grandes nombres del cine patrio. Ricardo Gómez, Álvaro Cervantes, Ernesto Alterio, Raúl Arévalo , Carlos Cuevas ... Firme ejemplo de que, además de estrenar, el audiovisual español tiene ganas de romper tabúes y, sobre todo, mostrar la importancia de la tolerancia en un mundo que parece haber olvidado su significado. «No hay nada más incorrecto que lo políticamente correcto. Nada más desagradable», espeta Milán.

En este sentido, tanto Castillo como Milán aluden a la cultura, un bien necesario y la única solución para abrir la mente. «Quien juzga lo que pasa en la habitación en la que no está, lo que sucede entre adultos libres y que decide que eso no está bien o no se puede hacer es un cateto y le falta mundo y fantasía », asegura la veterana actriz.

En 'Donde caben dos', la intérprete termina diciendo que el amor y el sexo son lo más importante. Tanto que muchos no son capaces de separarlos. Es el propio caso de la actriz, que, matiza, no practica el intercambio aunque sí esta rodeada de gente que lo hace. «Me encantaría separarlo y decir que esta noche voy a salir a lo que voy a salir, me parecería de una libertad absoluta, pero supongo que tengo una educación judeocristiana que me lo impide o vete tú a saber , soy demisexual y se me activa la sexualidad con el amor... bastante tengo yo con saber quién soy», reconoce la veterana actriz.