Urbizu toma posiciones para la Concha

Este oscuro thriller modernista está ambientado en los bajos fondos del Madrid más sórdido, donde narcotráfico, terrorismo yihadista y corruptelas del sistema narran la inseguridad que amenaza el orden occidental, con alusiones directas a los atentados del 11-M en España. «Me han permitido contar lo que normalmente permanece oculto», señala el realizador vasco, quien ha matizado que la suya «no es una película del 11-M».

Por tercera vez tras «La Caja 507» y «La vida mancha», Urbizu repite tándem con José Coronado , quien se transforma de forma extraordinaria en un inspector de policía inmundo. Santos Trinidad, que así se llama el protagonista, es un hombre acabado y alcoholizado que termina acribillando a balazos a los responsables de un bar de alterne. Ahí comienza su caza a sangre fría del único testigo que queda con vida, que resulta integrar una célula de integristas islamistas.

«La caja 507 es un juego de niños comparando con ésta. En cada película, Urbizu se crece», asegura el actor madrileño que se mete de lleno en la piel salvaje de su personaje, cuya violencia existencia enfermiza contrasta gravemente con la sólida presencia de Helena Miquel, rescatada del grupo musical catalán «Delafé y las flores azules».

Urbizu se siente «novato» en San Sebastián, aunque el factor campo –carné de Bilbao- y la entusiasta acogida por los especialistas le auguran un excelente futuro en el palmarés . «No habrá paz para los malvados» se estrena el próximo 23 de septiembre en España.