Javier Bardem: «El cine no sirve para cambiar el mundo, pero sí para mejorarlo»

Precisamente como resumen esquemático, alerta naranja y pescozón a la conciencia occidental está planteado este documental, dirigido por Álvaro Longoria , narrado por Elena Anaya y donde también interviene «físicamente» el propio Bardem, recorriendo los campamentos de refugiados o acarreando las 230.000 firmas hasta el Palacio de la Moncloa , que le despacha con un «vuelva usted mañana (o nunca)»: «Hay que involucrarse y bajar a la arena todo lo que se pueda. Y si saliendo en la película se logra más repercusión y ayuda, pues bienvenida sea. De todas formas, no fue algo deliberado, sino que surgió sobre la marcha», confiesa el actor sobre un proyecto con el que culmina cuatro años de viajes y lucha codo con codo con el pueblo saharaui, cuyo vergonzoso limbo y ostracismo no deben pasar desapercibidos en una Europa aquejada de otros dolores de muelas financieros que acaparan más titulares.

«Si también perdemos el contacto con el Sáhara Occidental, lo perdemos todo como seres humanos. No pretendemos decir que este conflicto sea más o menos importante que la crisis del euro , ya que cuando nadábamos en la abundancia, tampoco les hacíamos caso. No hay que mirar hacia otro lado, porque este lado es el nuestro, ya que el Sáhara Occidental fue provincia española hasta hace nada y, de hecho, muchas familias españolas siguen interesadas en traer a niños saharauis de acogida a pesar de las apreturas económicas. Olé por ellos».

El caso es que «Hijos de las nubes» demuestra una vez más que cine y compromiso social no tienen por qué andar peleados, por mucho que a algunos les escueza que los actores «made in Hollywood» se mojen y expresen sus opiniones. « ¡Pero si yo ni siquiera vivo en Hollywood! -se medio queja Bardem-. Resido en España, aunque trabaje fuera como muchos han tenido que hacer, soy español por los cuatro costados y defiendo lo que le preocupa a mi país. ¿Qué malo hay en no ser ajeno a las realidades sociales? Además, si eres un privilegiado como yo, casi tendría que ser una obligación ética y moral ocuparse de defender a los oprimidos, necesitados e indignados».

Hombre, hablando del rey de Roma, por la puerta (del Sol, claro) asoma... «La verdad es que comprendo posturas como el 15-M, porque las cosas están tan jodidas que habría que estar en la calle protestando las 24 horas del día . Pero también hay que actuar y moverse para cambiar lo que nos rodea. No todo, pero un pelín. El cine no sirve para cambiar el mundo, pero sí para mejorarlo. Por ejemplo, con "Invisibles" , documental que también produje, logramos muchas afiliaciones a Médicos Sin Fronteras . El público no es ajeno a lo que pasa en el mundo, solo hay que intentar mostrásrselo en una pantalla grande lo mejor posible», apunta el ganador del Oscar por «No es país para viejos» .

Antes de que suene la campana-cronómetro, batería final de preguntas en plan surtido variado de actualidad: ¿ «Alacrán enamorado» , su vuelta al cine español? «Tampoco es regreso porque nunca me he ido. Las pelis que hice con Milos Forman, Woody Allen e Iñárritu tienen pasaporte español. Pero esta, desde luego, es especial, tanto por la implicación emocional al ser una historia de mi hermano Carlos como por su excelente guión». ¿ «Skyfall» y sus juegos reunidos Bond? «Aquí sí que me lo pasé en grande, fue un placer intervenir en algo así. Aunque, ojo, la película tiene chicha gracias a Sam Mendes. De mi personaje no puedo decir nada, ya sabéis, top secret». ¿ Ridley Scott y «The Counselor» ? «Nada, aún no hay nada concretado. Work in progress ». ¿Y Terrence Malick ? «Palabras mayores, fue un privilegio compartir espacio con su forma de trabajar totalmente única. Si al final no sale mi personaje en la película, no me enfadaré ». Toma nota y lección de humildad, Sean Penn.