El enriquecimiento de los sentidos

El enriquecimiento de los sentidos

Vaya por delante que es de admirar el compromiso social de Charles Dickens con su época, una era de suciedad moral, miseria y destrozo en todos los órdenes en el Londres más lamentable de hace siglos. Pero una vez dicho esto, hay que señalar que ... Dickens fue una nenaza con este «Cuento de Navidad». Un literato que se preciase, un Bukowski, Poe o Kerouac, hubiese dejado al miserable villano de Ebenezer Scrooger ufano y pletórico en su ruindez. Nada de arrepentimientos ni flanes llenos de crema dando la vuelta a la tortilla a lo que sería la cruda realidad. Pero una vez hecho el mal (en este caso el bien) y teniendo en cuenta el atenuante de que es un asunto navideño, hay que hablar de la película en sí. Un gran trabajo de Zemeckis. Muy bueno en realidad, sobre todo porque cuenta con la tecnología punta.

Andamos con el 3D asomando en las lindes del cine mundial y en películas como esta se advierte claramente que vamos a tener que ir olvidándonos del cine tal y como lo conocemos ahora, como hicimos con el cine mudo o el cine en blanco y negro. Esto es lo que viene, y lo cambia todo. Cierto que las historias siguen existiendo, como aquí, pero la forma de contarlas varía dentro de un espectro meramente visual.

Zemeckis lo sabe y ha empleado todo su arsenal con gran maestría. Un cuento nuevo, grandioso, lleno de color y fantasía, aprovechando todas las armas que da el 3D: viajes entre tejados, nieve que te cae en el pelo, alturas inmensas, vértigos de miedo.

Y los actores (¿se pueden llamar así en este formato?), que están inmensos, pero la duda de la recreación está ahí: ¿Son ellos? ¿es el ordenador? La gestualidad es propia, las voces también, pero no son ellos. ¿O sí? El cine se mueve y ya no sabemos cuando acaba la labor del actor y empiezan los circuitos.

La historia es la que es, pero aún conociéndola de pe a pa parece nueva, vista con nuevos ojos, para ojos pequeños, para ojos medianos, para ojos grandes. Es lo que tiene el cine bien hecho, Es para todos, y más si estamos en Navidad.

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