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Comer en la Plaza de Oriente: un sitio para la eternidad

Desde la terraza del Café de Oriente se abarca la anchura desperezada de la plaza de Oriente, que lo tiene todo, porque incluye dos palacios imponentes que se miran, un jardín de apacible espesura y una rueda de edificios de quieta nobleza.

Ángel Antonio Herrera

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