Semana decisiva

El viraje de Albert Rivera ha cambiado el escenario político de las últimas semanas. Por mucho que los dirigentes socialistas más afines a Sánchez repitan a todas horas el argumento infantil de que Rajoy debe formar gobierno aún contando con el «no» del PSOE. Ellos saben que sin su abstención los números para evitar la repetición de las elecciones no cuadran. Lo saben ellos y lo saben los españoles. De ahí que muchos destacados dirigentes socialistas hayan redoblado la presión interna para que Pedro Sánchez mueva ficha y no quede desconectado del nuevo escenario político. El problema principal es que los dirigentes de más peso en el socialismo como Susana Díaz son renuentes a dar un paso que Sánchez pueda utilizar en el congreso de otoño para acusarles de haberse rendido al PP.

Si el miércoles Rajoy acepta las condiciones de Rivera la presidenta del Congreso, Ana Pastor, podría convocar la sesión de investidura. Con Podemos enfrascado en sus disputas internas y con los nacionalistas a verlas venir sería de una irresponsabilidad histórica que los 85 diputados del PSOE impidieran formar gobierno a los 170 diputados que pueden apoyar la investidura de Rajoy. Pero ni Sánchez ni sus afines han demostrado hasta ahora la altura de miras que se le supone a un partido que por encima de cualquier coyuntura debería primar el interés general de España. En los próximos días despejaremos todas las incógnitas.

@aybarrapacheco