No era sí
Sánchez ha pactado un Gobierno de España con los que quieren destruir España. Y eso no se come con cuchillo ni con tenedor
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Iniciar sesiónNo es no. ¿Recuerdan? La frase que mejor definía a Pedro Sánchez ha cambiado. Como todo lo que entra en contacto con este personaje. Pedro el Guapo copió a la hora de elaborar su tesis doctoral, pero luego no es capaz de mantener lo que ... dice para no copiarse a sí mismo. Una antítesis. Un lío sin montepío. Ayer lo demostró en el ambón, que en este caso viene de ambos: allí estaban el Sánchez que no podría dormir con Podemos en el poder y el que se abraza a Iglesias, el mismo que defendía la sedición y la rebelión como denominación de los que perpetraron los supremacistas que ahora tanto fascinan a la izquierda igualitaria. Estaba allí, sin cortarse un pelo de la coleta de Iglesias, pero diciendo justo lo contrario del argumentario que repetía en los mítines y debates electorales. La palabra embuste se queda corta. Incluso el vocablo engaño.
Ayer asistimos a una mentira colosal. Los voceros del PSOE que se empeñan en justificar a Sánchez porque el pueblo votó esto, no se enteran. Van de enterados por la vida, que eso de la superioridad moral los emparenta con el independentismo que mira al esto de España por encima del hombro. Estos voceros mienten descaradamente, como el líder al que le ofrecen, ahora, su adhesión inquebrantable. Porque afirmar que el pueblo español votó este pacto con los que quieren destruir España es una mentira similar a la que Sánchez ha construido: en la campaña decía justo lo contrario de lo que ha hecho, lo cual deslegitima moralmente su ascenso al poder. Y ahora que digan lo que quieran esos que antes apoyaban a Susana y ahora se desviven con el enemigo de la lideresa que tiene los días contados.
Ortega y Gasset lo vio claro cuando la República tomó el camino de los extremismos. Aquel régimen murió porque apenas había republicanos, como bien señala el profesor Macarro desde la atalaya de su conocimiento histórico forjado en el estudio, el análisis y el rigor. Lo que sucedió ayer en el Congreso exhala un tufo similar. Sánchez ha pactado un Gobierno de España con los que quieren destruir España. Y eso no se come con cuchillo ni con tenedor. Eso no hay mente racional que se lo trague, por mucho que el mester de progresía nos quiera vender la moto averiada del progreso con frases rimbombantes como algunas de las que ayer pronunció el candidato. «El planeta está obsoleto». ¿Se puede ser más cursi, más pretencioso y más presumido?
Ortega se lamentó de la deriva republicana con una frase que quedó para la historia: no es esto, no es esto… Lo que prometió Sánchez no era esto. Hay decenas de vídeos rulando por Internet que lo demuestran. «Se lo puedo decir cinco veces, no pactaremos con Bildu». Le da lo mismo. Es la cima del desahogo, la cumbre del doble lenguaje. Dice en cada momento lo que le conviene. Y así ha llegado a institucionalizar la mentira hasta el punto de que ha perdido todo el valor vergonzante que se le atribuía. No era no cuando quería gobernar Rajoy. No pactar con ERC o Bildu era no cuando convenía decirlo para atraer al voto moderado. Ahora no es sí. Y mañana el sí será no. O seguirá siendo sí. O todo lo contrario. O tampoco esto…
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