El gran suscriptor
El Señor también está suscrito al periódico donde escribía Romero Murube. Dios en la ciudad del ABC
Poesía eres tú, escribió Bécquer. El primer poeta simbolista en nuestra lengua se adelantó a las teorías de la comunicación que llegarían más tarde. Se dio cuenta de que el poema no es nada sin la lectura que lo completa. Álvaro Ybarra, el director de ... este ABC, dijo lo mismo el pasado jueves en una de las citas más entrañables que ha podido vivir quien tiene el privilegio de escribir este Nodo. Compartimos un desayuno en la sede del periódico, abrigados por la memoria de la hemeroteca que nos da el calor de los ejemplares encuadernados en la piel del recuerdo. Por un lado, los que tenemos esta suerte de escribirlo; por el otro, los suscriptores más antiguos que nos leen a esa hora del café. Ybarra lo soltó con esa tranquilidad y ese aplomo que dan las tres letras. El periódico es de los lectores. Y punto. Punto que siempre es punto y seguido, porque hay que hacer uno cada día, como el pan del Padrenuestro.
Hay que tener mucha sensibilidad y mucho paladar para reunir a los 90 suscriptores más antiguos para terminar las celebraciones del nonagésimo aniversario del ABC de Sevilla. Y eso es lo que ha tramado el otro Álvaro, Rodríguez Guitart en los apellidos que aparecen en la mancheta. Si Sevilla es dual, ahí están los dos Álvaros de ABC para confirmarlo. Unos emborronamos cuartillas o pantallas de ordenador, y otros nos leen. Pero todos vamos en la misma nave. El repeluco llegó cuando el director saludó al teniente hermano mayor del Gran Poder, que estaba en la sala. Iba en representación de la hermandad como suscriptora que es. Y ahí fue cuando entregamos la cuchara, el tenedor, el cuchillo y la cobertera completa. El Señor también está suscrito al periódico donde escribía Romero Murube. Dios en la ciudad del ABC. Tuvimos que tragarnos más que las palabras los tres tipos que estábamos en la tarima. Los maestros Rubio y García Reyes, y un servidor. Ahora se entiende todo. Ahora comprendemos por qué esto es más que un periódico. Por qué tiene alma este proyecto que un día creara esa familia de locos de la pluma y la rotativa, de la pluma y el tintero, y que hoy encarna esa mujer con nombre de jardines: Catalina Luca de Tena. El ABC no es que tenga alma, es que forma parte indisociable del alma de Sevilla, a pesar de que cuente con algún plumilla que no esté a su altura: el que firma este Nodo, por poner un simple ejemplo.
El ABC se ha colado en las casas, en las familias, en los natalicios y en las esquelas que ponen el punto final de los lectores más fieles. El ABC se ha metido hasta el tuétano, hasta la médula de las alegrías y del dolor. Como un estoque que nos atravesara las entrañas, este periódico ha cambiado la palabra Toledo por la ciudad que nos mata y nos da la vida al mismo tiempo: cuando éramos niños, siempre hubo alguien que nos metió el ABC hasta donde pone Sevilla. Por eso el primero en leerlo cada día, antes de que salga de la rotativa o de que lo cuelguen en el kiosco virtual de Internet, es el Gran Suscriptor. Que para Él escribe el niño del farol de su cruz de guía. Para El que nos enseñó a leer la ciudad con los ojos astillados del corazón.
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