Pásalo
El sueño americano
Por qué no nos dicen cuánto costará la transición a la Arcadia verde
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEl vendedor es un encantador de serpientes por definición. Mientras trata de colocarte el momio te lo viste con sus mejores galas, ensalza sus virtudes más benéficas y te lo mete por los ojos como si la vida te fuera imposible sin su adquisición. El ... malabarismo vale de igual forma para venderte una ración de ensaladilla que el último modelo de un coche eléctrico. Vender es seducir. Vestirte de fenicio o de castellano en las Antillas y cambiar oro por bolitas de cristal. Lo peor de todo este marketing viene a la hora de la verdad. Cuando el posible comprador te espera con la escopeta cargada y te descerraja el montaje con la pregunta del millón: oiga, jefe ¿y esto cuánto cuesta? En la cumbre climática de Glasgow se han reunido los brujos de la comunidad global para vendernos las bondades de un planeta reconvertido en Arcadia feliz gracias a la limitación de gases carbónicos y a la consecución del cero neto en emanaciones. Según los informes de los científicos que trabajan para la parte contratante, al planeta le quedan tres telediarios. Para Boris Johnson estamos en el último minuto de la medianoche. Guterres, el vecino portugués que preside la ONU, asegura que estamos cavando nuestra propia tumba. Todos coinciden en iluminar la inopia para decirnos que nuestros nietos tendrán un planeta más parecido a Marte que a la tierra de sus abuelos. ¿Nos intimidan o son capaces de decirnos la verdad?
Hay científicos, muchos más de los que nos hacen creer, que entienden que el cambio climático está más relacionado con las perturbaciones solares que con la mano directa del hombre. Y arrojan porcentajes sobre esta angustiosa cuestión: el hombre interviene en ese cambio un cinco por ciento. El resto es culpa del rey sol de nuestro sistema. La ciencia oficial está llegando a pedirle a los ciudadanos lo que las religiones les piden a sus seguidores: fe. Creer en una interpretación científica o en otra ya no es una cuestión de datos objetivos y demostraciones racionalistas. Se ha convertido, o lo han convertido, en una religión y, consecuentemente, en una cuestión de fe. Pero hay dioses falsos o falsos dioses que son utilizados por los brujos para fines inconfesables. ¿Está pasando esto con el cambio climático?
Llevamos más de una veintena de cumbres climáticas donde, línea arriba línea abajo, se reproduce el discurso catastrófico y apocalíptico del miedo. Recuerden Kioto o París. Y esta de Glasgow comienza invocando el siempre efectista recurso de las asustaviejas. Pero ni una catástrofe tan absoluta es capaz de quitarle el sueño al señor Biden, que se queda sopita en mitad de una cumbre para no dormir. Desconocemos la razón por la que no se llegan a acuerdos concretos ante tiempos tan amenazadores, sin que se haya firmado un solo protocolo de obligado cumplimiento y sanción inevitable si no se cumple. En cambio, se percibe una escalada diabólica en la multiplicación del miedo. ¿Nos dirán alguna vez cuánto cuesta y quién pagara la transición energética? Es la pregunta clave que deben responder los vendedores de la Arcadia del hidrógeno verde, que pagaremos los de siempre para que sigan manejando la industria energética los que contaminan el planeta...
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete