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EL RECUADRO

El tesoro de Martín Cartaya

Pudiendo haber vendido su archivo gráfico por una millonada, ha tenido la generosidad de donarlo a la Universidad

Antonio Burgos

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Siempre se ha mantenido que la plaza de los toros es un fiel espejo de la ciudad. En ese espejo, podemos encontrar el retrato del gran fotógrafo Jesús Martín Cartaya. En las corridas, todos los fotógrafos se colocaban en el largo burladero de callejón para ... la Prensa, en el tendido 7. Menos Jesús Martín Cartaya, que se ponía en la puerta de la antigua enfermería, entre los tendidos 6 y 8. Martín Cartaya tenía, así, un punto de visto distinto a cuantos profesionales de la fotografía retrataban la corrida. Y así ha sido toda su carrera como excepcional notario gráfico de la vida sevillana en la segunda mitad del siglo XX. Especialmente, de la vida cotidiana. ¿Por qué? Porque Martín Cartaya retrataba siempre lo que para los profesionales de la fotografía ni siquiera existía, y no merecía un negativo de aquel material tasado muchas veces que le entregaban en los periódicos para su tarea. Esa fue siempre la ventaja de Martín Cartaya sobre los otros grandes fotógrafos profesionales de Sevilla: que al no depender laboralmente de ningún periódico, pudo ir siempre por libre, de «outsider», con una curiosidad infinita y con una capacidad única de dar importancia a lo que otros ni siquiera miraban.

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