Málaga nos gana en café

— A mí me va usted a traer un café muy corto, muy poco café, con mucha leche. Ah, y descafeinado.

Y el camarero, máxima autoridad en léxico cafetero sevillano, le aclaró:

— Señora, usted lo que quiere es una leche manchada de máquina.

La palabra «máquina», en el léxico cafetero, ha sustituido a «descafeinado». «Máquina» supone café descafeinado, pero no «de sobre», hecho en leche, sino hecho solamente con agua. Así que «uno solo de máquina» es un descafeinado hecho en agua. Tan ha sustituido la voz «máquina» a descafeinado, que hay que pedir expresamente, si no se quiere así, que sea «de sobre».

Nos creemos que los sevillanos somos distintos cada uno a la hora de pedir café, mucho más que los madrileños. Hasta que nos comparamos con Málaga, donde, como en tantas otras cosas relacionadas con la tecnología y con el emprendimiento, nos ganan por goleada. En Málaga hay hasta diez formas oficiales de pedir el café, según las preferencias. Los que vamos a Málaga y pedimos allí un café nos hacemos un lío. Hizo de Academia del moca el Café Central, que fijó y dio esplendor a los nombres en un azulejo famoso. Estos son los diez tipos de café de Málaga:

Solo: 100% de café.

Largo: 90% de café y 10% leche

Semilargo: 80% de sólo café.

Solo corto: 60% de sólo café.

Mitad: 50% de café y 50% de leche.

Entre corto: 40% de café y 60% de leche.

Corto: 30% de café y de 70% leche.

Sombra: 20% de café y 80% de leche

Nube: 10% de café y 90% de leche.

Y hay una décima modalidad, el «no me pongas nada». Una anécdota legendaria del Café Central, que en su mítico azulejo con todos los tipos de café de Málaga quiso buscar el número diez para redondear la cifra y a uno de sus camareros se le ocurrió la idea para completar el catálogo. Catálogo que es doble, pues todos los tipos también pueden pedirse descafeinados, aunque no sabemos si en Málaga, como en Sevilla, a ese café sin cafeína le llaman también, «de máquina» y hacen la distinción del sobre. A la hora de servir la leche también puede pedirse la temperatura a la que se quiere. Así, pues, puede ser fría, caliente o templada (mitad fría, mitad caliente). O también se puede pedir con hielo, eso sí es como en Sevilla. Donde entienden como en Málaga el «café americano», donde se sirve mitad de café y mitad de agua. ¿No dicen que en Francia hay muchas clases de quesos? Pues anda que entre Sevilla y Málaga de café. Tú pides en Sevilla «un sombra» y nadie sabe qué es. Son dos lenguajes cafeteros distintos y un solo Saimaza o Catunambú verdadero.