Sánchez se vuelca en la batalla de Sevilla

El socialismo solo aspira a defender posiciones en el mapa de Andalucía. En ninguna de las capitales de provincia donde ya gobierna el PP existen visos que indiquen que la situación vaya a cambiar sustancialmente. Córdoba, Almería y Málaga son bastiones azules que parecen estar a salvo. En Granada y Huelva, con ediles socialistas, Juanma Moreno ha situado a dos candidatas con potencial para desbancar a sus rivales. En el reino nazarí, de hecho, ha sacrificado a Marifrán Carazo –una de sus consejeras mejor valoradas– para apurar al máximo la opciones de victoria. Cádiz es una incógnita en la era post-kichi. Y Sevilla… la principal alcaldía socialista en España, será el termómetro casi definitivo para medir la fortaleza del PP o el poder de resistencia del sanchismo. La encuesta que realizó Dataestudios para ABC a fines del pasado año indica que la batalla entre el acalde Antonio Muñoz y el opositor José Luis Sanz ha comenzado con un empate técnico. Ambos cuentan, sin embargo, con fuerzas muy dispares. El primero inicia el tramo final de su mandato con la exposición que otorga el bastón de mando en una ciudad con un intenso calendario primaveral. Puede presumir, además, de que el Gobierno de España le ha concedido la sede de la Agencia Espacial Española (una decisión de gran lucimiento cuyo impacto real es muy limitado). Frente a ello, José Luis Sanz se ha desenvuelto con un reducido gabinete con el que realiza una especie de guerra de guerrillas; y ahora llega el momento de dotarse de los medios y recursos necesarios para librar esta batalla con un mínimo bagaje. Para empezar, de capitalizar el nada desdeñable legado de la Junta en Sevilla, que ha revitalizado el Estadio de la Cartuja, ha relanzado el proyecto de la nueva línea de Metro o ha reconstruido el Hospital Militar. La visita de hoy de Sánchez –que ya inició en septiembre el curso político Pino Montano– constata que el PSOE no piensa ahorrar artillería en Sevilla ante un PP que puede dormirse en la complacencia.