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Sevilla al día

Sevilla no se fuma

La Sevilla de 2030 es un compromiso adquirido con la dignidad de una ciudad que no debe tolerar nunca más un engaño

Javier Macías

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Cuando planteamos en la redacción este escenario de la Sevilla 2030 hubo guasa. Empezamos a enumerar todos los proyectos que se han anunciado para que sean una realidad de cara al centenario de la Exposición Iberoamericana y el inicio de la nueva década y hay ... quien llegó a bautizarlo como «el mapa de la marihuana». Situar sobre un plano de la ciudad los doce nuevos barrios, una nueva (media) línea de metro, la SE-40 casi al completo, el tren al aeropuerto y los museos es un ejercicio que suena a fumada inmensa. Los sevillanos estamos tan acostumbrados a las promesas incumplidas y a los anuncios 'fake' que nos parece una soberana ida de olla pensar que en apenas cinco años la capital dará el salto ansiado a la modernidad. Más aún si uno analiza el escaso esfuerzo inversor de la administración que más tiene que poner de su parte para que aquello se convierta en una realidad: el Estado lleva dando la espalda a Sevilla desde hace exactamente tres décadas y la financiación de sus infraestructuras están diferidas a la próxima legislatura. Es como si la cuarta ciudad de España tuviera que pedir disculpas por haber acogido aquel evento internacional en 1992, pese a que aquella reconversión quedó incompleta.

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