Comentarios reales
Los matones del patio toman el poder
Quién hubiera dicho que la 'Guerra Fría' propició un período de falaz esplendor en un extremo de Europa, porque toda aquella plenitud estaba cogida con alfileres
En diciembre del año pasado comenté un discurso que Josep Borrell pronunció en la Real Maestranza de Ronda el 31 de octubre de 2024 y cuyo enlace comparto de nuevo, porque ahora tiene más vigencia: https://www.youtube.com/watch?v=iNJ6wlf0CA8. En aquel artículo escribí: « ... Borrell habló de la indefensión europea, de las guerras que se libran ahora mismo y de lo anormal que ha sido este largo período sin guerras, porque lo normal es la guerra. Fue claro, rotundo y directo: lo normal es la guerra y la guerra nos alcanzará. Borrell habló de Ucrania y de Oriente Medio, habló de las amenazas que suponen Rusia y China, habló del inexorable alejamiento de Estados Unidos y habló de la irrelevancia militar europea. No de su industria militar, sino de la más que probable deserción de la juventud europea ante un conflicto bélico. Borrell volvió a meter el dedo en la llaga: Europa será defendida por los inmigrantes y los hijos de la inmigración» (ABC, 06.12.2024).
No han transcurrido ni cuatro meses desde aquel discurso y Trump ya ha destrozado todos los acuerdos concertados con Europa desde el fin de la II Guerra Mundial, dejando muy claro que Putin y él mismo van a decidir por su cuenta el futuro de Ucrania, sumando esa arbitrariedad a su deseo de expulsar a los palestinos de Gaza y anexionarse Groenlandia, Canadá y Panamá. Por supuesto, Putin ya ha propuesto que Rusia y Estados Unidos deberían repartirse el Ártico y negocian que un candidato pro-ruso se presente a las elecciones en Ucrania para acabar con Zelenski por las malas, antes de recurrir al plutonio. ¿Cuánto tardarán en postularse a las presidencias de Polonia, Lituania, Letonia y Moldavia otros candidatos pro-rusos? Putin no sólo desea reconstruir la antigua URSS, sino la Gran Rusia de los zares. Y ahora le consta que sus invasiones quedarán impunes.
Asistir al reparto del mundo y sus recursos como si fueran vulgares botines o despojos de atracos, sin el menor respeto por la legalidad internacional, la soberanía de los países y los derechos humanos es lo más parecido a los repartos entre los matones de los patios de cárceles o colegios. Y lo peor es que la humanidad ya pasó por estos episodios, con resultados abyectos y horrendos desde mediados del siglo XIX hasta nuestros días. Quién hubiera dicho que la 'Guerra Fría' propició un período de falaz esplendor en un extremo de Europa, porque toda aquella plenitud estaba cogida con alfileres.
Borrell dijo claramente que lo normal en la historia es la guerra y no hay que descartar que, en un mundo sin legalidad internacional, la guerra se extienda al capricho de los matones. Y si la UE decidiera plantarle cara a Trump, Estados Unidos se retiraría de la OTAN para dejarle el patio europeo libre al matón ruso. Después de todo, las bases militares americanas se trasladarán a Marruecos y a la franja de Gaza, carnazas que le darán alas a los mastines de los matones para ocupar territorios que no son suyos.
Y lo peor es que hay un tercer matón —China— esperando su momento.
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