COMENTARIOS REALES
Frankenstein o la España invertebrada
Las urgencias del presente suelen hacernos creer que hemos llegado al borde del abismo, pero la historia podría demostrar que somos criaturas del abismo
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Iniciar sesiónLa instantánea de la elección de la Mesa del Congreso refleja una realidad complicada de asimilar, aunque en ningún caso inédita o novedosa en la historia de España, pues lo que Alfredo Pérez Rubalcaba denominó «Gobierno Frankenstein» en 2016 —es decir, un gobierno de Pedro ... Sánchez respaldado por Podemos y los partidos nacionalistas y separatistas— no es otra cosa que la coalición de los particularismos dilucidados por Ortega y Gasset en 'España invertebrada' (1921), donde la idea de una centralista nación española era otro particularismo más.
La idea de una naturaleza frankensteiniana de España no será del agrado de muchos, pero quizá merezca la pena barajarla siquiera como hipótesis. ¿Cuántos países del mundo han padecido cuatro guerras civiles en el lapso de un siglo? Teniendo en cuenta que la primera Guerra Carlista estalló en 1833 y que la última guerra civil tuvo lugar en 1936, casi podríamos que los enfrentamientos fratricidas suponen nuestra normalidad. Las independencias americanas también tuvieron como trasfondo una lucha encarnizada entre liberales y absolutistas españoles, que siguió desangrando a España como lo narró Galdós en 'Los Ayacuchos' (1900). Y si nos remontamos más atrás en el tiempo, seguiremos encontrando huellas de otras guerras fratricidas, pues el joven rey Carlos I tuvo que aplastar a sangre y fuego el levantamiento de los comuneros, mejor conocido como la Guerra de las Comunidades de Castilla (1520-1522).
Leo cuánto rechazo producen los pactos con el independentismo y comparto la repugnancia por el blanqueamiento de los crímenes de ETA, pero todo eso sería «peccata minuta» comparado con las felonías de Fernando VII, la Abdicación de Bayona o —si me apuran— la traición del Conde don Julián, guiando a los invasores musulmanes en el siglo VIII. Las urgencias del presente suelen instarnos a creer que hemos llegado al borde del abismo, pero una reposada lectura de la historia podría demostrar que somos criaturas del abismo. Como Frankenstein.
¿Y la monserga victimista del independentismo? En 'Memorias de un turista' (1838) Stendhal escribió: «Los catalanes piden que todo español que hace uso de telas de algodón pague cuatro francos al año, por el solo hecho de existir Cataluña. Por ejemplo, es necesario que el español de Granada, de La Coruña o de Málaga no compre los productos británicos de algodón, que son excelentes y que cuestan un franco la unidad, pero que utilice los productos de algodón de Cataluña, muy inferiores, y que cuestan tres francos la unidad». ¿Cómo es posible que este chantaje burgués del siglo XIX se haya convertido en una reivindicación proletaria del siglo XXI?
'Escuela de mandarines' (1974) de Miguel Espinosa es una novela que merecería una relectura a la luz de los últimos acontecimientos, pues Espinosa fue el primero en desmarcarse de la Transición y en declararse disidente de una democracia «mandarinesca», fruto de la sublimación del franquismo. Me pregunto: ¿qué sublima el cerebro de Frankenstein?
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