La Magna de las 3.000

No son nuevos los hechos. La zona viene perfilándose como línea roja desde hace más de tres décadas. Mucho más. Y no será por falta de dinero ni de interés político. En el Polígono Sur se han plantados millones y millones de pesetas y euros. Pero las únicas flores que lucen sus primaveras son las del mal. Pese al dinero público y el esfuerzo privado de asociaciones civiles y religiosas que se enfrentan, con una heroicidad y entusiasmo a pruebas de bombas, nunca mejor dicho, por sembrar la educación, la convivencia y la formación laboral, lo que reluce y suena son las armas de gran calibre. El imperio sombrío y penal de los clanes de las drogas y del mercado de armas. Se encuentra antes en los barrios poligonales una AK-47 que en una trinchera en Ucrania. Y así no hay quien viva. Sobre todo, si eres un currante que quiere salir del hoyo y vivir en paz sin temor a que un tiro perdido te vuele la cabeza. Como ocurrió con aquella pequeña inocente y ajena a los mercadeos de estos caciques.

El dinero fácil y la necesidad extrema de muchas familias que han visto en estas actividades la forma más rápida de salir a la calle en lo alto de un carro de alta gama, se replica en Andalucía evidenciando que, la comunidad necesita firmar un cupo justiciero para no seguir multiplicando magnas de cofrades delictivos de mar a mar. Porque en Marbella también hay magnas, en Barbate ni les cuento y río Guadalquivir arriba y Guadiana abajo, las procesiones a los santos de los fardos colombianos no descansan. No es solo el Polígono Sur el que hay que ganar para la buena causa. Es Andalucía, en sus puntos más estupefacientes, los que deben caer bajo el imperio de la ley, acabando con las magnas sin esperanzas y con los pasos perdidos a tiro limpio que Marlaska sigue sin escuchar…