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pásalo

Condió

Compañeros, un abrazo tan redentor como el del Amor por Francos

Felix Machuca

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NO soy Induráin. Pero también he tenido mis etapas. Algunas verdaderamente prodigiosas, de maillot amarillo, otras del pelotón. Es inhumano ser un héroe todos los días. Pregúntenselo a Morante o a Riqueni. Eso solo está al alcance de los elegidos. Y vine a este mundo ... para pelearme con los números y ser yo mismo. Mañana me despido de estas benditas páginas. Y hoy escribo mi último artículo en la Casa. No esperen que me lama la herida porque salgo ileso del revolcón. La vida, hasta ahora, me ha dado más sonrisas que lágrimas. Así que no agüemos el vino del adiós y tengamos la elegancia que exige el momento. Y en eso me quiero parecer más a Kanoute que al petardo follonero de Vinicius. Ojalá me salga la música de esta despedida como una partitura de Michael Franks. No esperen navajas al amanecer. Bastante tenemos ya en espantar del futuro de nuestros hijos un paraguas nuclear. Porque, como cantaba Pablo Guerrero, va a llover a cántaros…

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