El periodismo en el ojo del huracán

Ahora que el periodismo está en el punto de mira, es interesante volver a Chaves Nogales. Él se declaraba antifascista y antirrevolucionario: «A costa de buenas y malas caras, de elogios y censuras, yo iba sacando adelante mi verdad de intelectual liberal, ciudadano de una república democrática y parlamentaria», decía en el prólogo de 'A sangre y fuego'. Mantuvo su lealtad republicana mientras la República representó a un gobierno democrático. En el momento en que eso desapareció, se fue de España hacia el exilio del que nunca regresaría.

En el corral de gallos de nuestro presente, ¿qué podría haber hecho hoy? En su época tuvo que marcharse para salvar la vida y a su muerte fue depurado durante el franquismo. Luego permaneció en el olvido por ser un personaje difícilmente asumible en cierto sector de la izquierda. A fin de cuentas, mostró su escepticismo crítico tanto a los conservadores reaccionarios como a los radicales anarquistas y comunistas.

Ahora estrenamos la caza al 'mal' periodista. Defiendo este hermoso oficio, una profesión marcada por una crisis económica y un errático modelo de negocio. Ya sabemos que hay sombras, cosechadores de bulos y también el bendecido periodismo de propaganda con la servidumbre a los que mandan. Pero todo eso no se puede confundir con la prensa crítica e incómoda, con el necesario ejercicio democrático que consiste en fiscalizar al poder.

Hoy el Ayuntamiento de su ciudad ha querido recordar a Chaves Nogales. Será a las 11.30 en la plaza de San Juan de la Palma. Ojalá que recuperemos su lucidez para no perdernos en el bosque de nuestro presente donde se confunden con tanta facilidad los lobos y los corderos.