Trampantojos
¿Gran divo o héroe sentimental?
En medio de este torbellino de ruido y furia me asalta la duda y la sospecha
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Iniciar sesiónYo iba a escribir de otra cosa, pero ¿se puede escribir de otra cosa? Por supuesto que sí, pero la pulsión periodística me hace que no distraiga mi atención en otros asuntos. Me gustaría escribir sobre lo que pasa en la calle, como nos advertía ... Juan de Mairena. Atender al lugar donde respira la vida, asistir al espectáculo del campo florecido tras las últimas lluvias. Pero sería demasiado frívolo, aunque de reojo asista al espectáculo de lo cotidiano, porque la rueda del mundo sigue sin que los maremotos políticos la alteren. Al menos por el momento…
Todas las miradas contemplan el paisaje de la batalla política, la carta a la ciudadanía, los gritos del corral, el odio o la servidumbre, según el bando desde el que se hable. Y, sobre todo, la actuación del gran divo —para unos— o el héroe sentimental —para otros—. Estamos impacientes por saber cómo se desarrolla esta sobreactuación del animal político o de la víctima sacrificada, dependiendo de la versión que se atienda.
Yo no sé si Pedro Sánchez está escribiendo para su posteridad. No sé si tengo la 'suerte' de ser coetánea de uno de esos personajes históricos que cambiaron su tiempo. En medio de este torbellino de ruido y furia me asalta la duda y la sospecha, que reparto a partes iguales entre todos los personajes de la función. Aunque desprecio profundamente a los que están intentando desestabilizar el sistema democrático con malas formas.
Hay en el ambiente un barómetro de pasiones y emociones. Por eso es difícil caminar sin perderse en medio del bosque, de la confusión y los espejismos. De todos esos gigantes que nos impiden ver el mismo horizonte de molinos que mueven sus aspas quejumbrosas con el cansancio de los vientos.
Manifiesto mis dudas ante el espectáculo. Con mi escepticismo creo que soy una especie de Fabrizio del Dongo, el personaje de 'La Cartuja de Parma' de Stendhal, que asiste a la batalla de Waterloo sin ser consciente de estar viviendo un momento histórico. O siendo quizás espectadora de una tragicomedia de desenlace inesperado.
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