TIEMPO RECOBRADO

Cuando rectificar no es de sabios

A la hora de la verdad, Guardiola ha considerado que sus ideas eran menos importantes que los intereses políticos

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30/06/2023 a las 16:16h.

Rectificar es de sabios, dice el proverbio popular. Pero cuando se rectifica muchas veces y se hace en un corto periodo de tiempo, la rectificación no es un acto de sabiduría. Es otra cosa. María Guardiola prometió no pactar con Vox por unas diferencias ... ideológicas insalvables y ayer lo hizo. Muchas emisoras no resistieron la tentación de cotejar lo dicho con el acuerdo al que ha llegado para gobernar. No quiero incurrir en descalificaciones ni situarme en la posición del espectador que silba al torero desde la barrera, pero me parece obvio que Guardiola ha perdido una gran ocasión y ha puesto en tela de juicio su coherencia y su palabra. Es imposible justificar un giro tan radical en el plazo de menos de dos semanas.

También Sánchez afirmó un viernes por la noche que no iba a pactar con Podemos y el martes siguiente compareció ante los medios para anunciar un acuerdo de gobierno con Pablo Iglesias. Pero «el cambio de opinión» del líder socialista no puede servir de excusa para que María Guardiola haya actuado con el mismo rasero. No entro en la licitud de los pactos con Vox y ni siquiera estoy enjuiciando su programa, lo que digo es que el respeto a la palabra y los compromisos es la base de la credibilidad de cualquier político, sea de derechas o de izquierdas.

Es duro e ingrato renunciar al poder cuando se tiene al alcance de la mano. No hay duda en el caso de Guardiola de que muchos de sus votantes querían que llegara a un acuerdo con la formación de Abascal. Y también que la dirigente extremeña ha tenido que soportar las presiones del aparato. Hay razones que puede invocar para haber mudado su posición. Pero lo único que no puede decir es que ha sido coherente. No lo ha sido.

Ella y el PP han perdido mucho más con este pacto que lo que han ganado, que es gobernar Extremadura durante cuatro años. Dicho en términos económicos, hubiera sido más rentable a largo plazo mantener la palabra dada que un giro tan notorio. Lo que ha hecho Guardiola es actuar como tantos políticos que, a la hora de la verdad, han considerado que sus ideas eran menos importantes que los intereses. Que el poder podía ser alcanzado a costa de sacrificar los principios. Es respetable y defendible, pero no lo comparto.

Educado en unos estrictos postulados católicos y tras militar en la lucha contra el franquismo, sin vínculo partidista alguno, no puedo evitar una sensación de desengaño al constatar el pragmatismo que domina la política. En unos momentos en los que la izquierda reivindica la memoria histórica, es triste que no exista una memoria reciente de los compromisos. Siempre he creído que la democracia no es esto porque sencillamente no hay política sin ética. Lo dijo Aldous Huxley: cuanto más pomposo es el lenguaje, más mezquinos son los propósitos.