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Arma y padrino

Eso que no existe

Ni presunción de inocencia, ni hechos probados, ni garantías procesales. Lo que llamamos cultura de la cancelación

Negacionismo fetén

Emancipación humana en cuatrimotor

Rebeca Argudo

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Tenía casi acabada mi columna y me estaba quedando bastante apañada. Me acordaba en ella de un episodio de 'L'Inspecteur', el del Capitán Ostrita, un contrabandista melifluo que era perseguido por el inspector Clouseau y el sargento Deux-deux. Tan llorica almeja, pese a ... ser un malote escapista, cuando le encañonaban sorpresivamente le incomodaba, más que la detención por múltiples fechorías, que la pistola estuviese demasiado fría. El Capitán Ostrita, como el ministro de Transportes, era un crustáceo hiperestésico al que las perlas le irritaban y le ocasionaban úlceras. Remataba el texto, tras hablar sobre la fiscalización del denuesto en los diarios, diciendo que un berrinche de Óscar Puente por una crítica desabrida es como si, en un salón de té, un rinoceronte con tutú que acaba de eructar te llamase la atención por poner los codos en la mesa. Ahí, hasta me he hecho gracia a mí misma. Con la rabia que me da. Y me faltaba nada para terminar, y darle a enviar, y abrir una cerveza, y un libro, y los pies en la mesa, página 252, móvil apagado o fuera de cobertura. Así de felices me las prometía, digo, cuando se me ha cruzado la carta que el historietista Ed Piskor ha dejado a sus familiares antes de suicidarse.

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