Puigdemont, Barbie y los anillos de poder

El género epistolar oficial es como el anillo inteligente del Rey Juan Carlos I. Mero procedimiento. Un recordatorio de lo que ya sabemos. Pero no venía yo a hablar de cartas, sino de anillos. Sabemos de algunos que han mandado misiva a Waterloo con anillo dentro, no sin pelearse antes por qué nombres poner en el remite. Pero resulta que el agasajado receptor no necesita joyas. Se ha encontrado con que él es el anillo. El que otorga el poder. Este giro de la historia no lo vimos venir. En un brillante juego del despiste de los acontecimientos, que el PSOE dé la campanada en Cataluña –a Sánchez lo que es de Sánchez–, parecía condenar al olvido al huido. Sin embargo, ¡tachán!, el fénix renace portando en su mano la alianza para gobernarnos a todos y como buen mercader ha abierto la subasta pública. En su favor hay que decir que la honestidad política tenemos que valorarla más. En el otro lado, que, como las cartas de Sánchez y Feijóo, su mensaje tampoco aporta nada nuevo. De hecho, Puigdemont lo que nos recuerda es que no quiere gobernarnos a todos, sólo a los que cree sus súbditos, aunque eso incluye que el resto también acatemos sus órdenes. Su Estado a la carta. Yo entiendo la fase de subidón. Piensen que se quedó fuera de los indultos. Cualquiera rabiaría. Y de repente, otra vez la luz.

Si han visto 'Barbie', ya saben que la película va de Ken y que éste puede manifestarse de diferentes formas. Es lo que tienen las masculinidades hegemónicas, que un día están arriba, otros abajo y vuelta a empezar. No les destripo nada si les digo que 'Barbie', como la historia de Puigdemont, Sánchez y Feijóo, es una película sobre quién porta el anillo. Pero si van a verla, no me hagan responsable de lo que entiendan. Que los que tenemos hijos pequeños bastante tenemos con intentar explicarles que vivimos en un sistema que defiende una persona, un voto, que luego termina siendo un juego de anillos de poder. Como no me veo capaz, tiraremos de cine en casa. Ya se imaginan qué título vamos a elegir para resguardarnos del calor del mercurio y las negociaciones.