el retranqueo
El Jesús más íntimo
Quintero era un artesano de sí mismo, un encantador de serpientes con palabra lenta y sentencias sin toga
Y así se ha ido. Sin su pozo blanco, sin su cielo azul. Sin su árbol verde. Dejando huérfanos rotos de aquellas madrugadas y jirones de radio en la memoria. Y su piano blanco, porque siempre fue un niño caprichoso en un cuerpo de genio. ...
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