DESDE OGIGIA
Catar la sangre
Como los occidentales somos culpables de todo, así en general, sigamos a Infantino en su falacia ética y no osemos señalar todo lo que el anfitrión del Mundial de Fútbol tiene de reprobable. Guardémonos ese índice acusatorio, que Infantino con el suyo, ya tocando la boca ya la frente, silencio avisa y amenaza miedo
No sabe uno de dónde vendrá tanto miedo reverencial a la FIFA, entidad incompatible con la transparencia y ajena a los controles que, con los habituales subterfugios almibarados propios de vacuo discurso del deporte, alberga corrupciones sin cuento. Al final le va a resultar más ...
Artículo solo para suscriptores
Si ya estás suscrito, inicia sesión
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete