Dime con quién andas

Algo parecido puede pasar con la 'ley trans', e incluso el presidente del Gobierno cae en contradicciones. Este fin de semana sale elegido presidente de la Internacional Socialista, el primer español que ocupa tal cargo. He estado a punto de felicitarle, aunque sólo fuera por el tiempo que va a ocuparle, porque de esta manera se ocuparía menos de nosotros, pero se me quitaron las ganas al oír sus palabras de aceptación del cargo. «Estamos convocados a reivindicar la socialdemocracia y vigorizarla», dijo Pedro Sánchez. Otra mentira, y de las gordas. Socialismo y socialdemocracia son cosas muy distintas, incluso enemigas en temas fundamentales. El socialismo puro y duro ha tachado a la socialdemocracia de lacaya del capitalismo, de la misma manera que los comunistas alemanes apoyaron la ilegalización de ese partido tras la Segunda Guerra Mundial. Es más: abandonaron hace diez años la Internacional Socialista, que Pedro Sánchez presidirá a partir de ahora.

El nuevo presidente de la Internacional Socialista es el mismo que gobierna con Unidas Podemos, el mismo que saca adelante sus proyectos gracias a los votos de independentistas y filoterroristas, que no se recatan en anunciar lo que buscan: cambiar no ya el régimen, sino la estructura de España, su historia y su geografía. Con Pedro Sánchez permitiéndoselo, al dejarla sin defensas, como el delito de sedición, a punto de ser sustituido en el Código Penal por «desórdenes públicos agravados» que recuerdan el nombre dado por Vladímir Putin a su invasión de Ucrania, «maniobras militares especiales». Dime con quién andas y te diré quién eres, dice el refrán castellano. Porque somos nosotros, los españoles –unos por ese afán cainita que nos carcome, otros, por ignorancia– quienes estamos deconstruyendo España. Y encima, con nuestro dinero.