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la suerte contraria

El baile de Abel Caballero

O la cosa para aquí o nos comemos a Revilla cantando Motomami

José F. Peláez

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Daría la vida por imitar el baile de Abel Caballero en el festival 'O Marisquiño' de Vigo, pero me temo que es imposible, esa coreografía está reservada a los dioses. No creo que un simple mortal, bípedo y áptero, pueda realizar esos movimientos de ... modo premeditado y mucho menos planificado. Porque Abel no baila. Abel sueña. Y lo hace en un mundo adimensional, liberado de las leyes de la física y de limitaciones corporales. Si no lo han visto, no pierdan un segundo, es posible que no vuelvan a ver nada igual en mucho tiempo. Y miren que hemos visto a políticos hacer el ridículo, pero esto es otro nivel, créanme, no es una vergüenza como de campaña electoral, esto son unas convulsiones arrítmicas como de niño poseído, una mezcla entre Chiquilicuatre, los del Tractor Amarillo y la quinta despedida de soltero de Sánchez Dragó.

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